EL ABANICO
Thyssen
Si hace un año alguien nos dice que Carmen Cervera, Baronesa Thyssen, se ve obligada a vender una de las joyas de su colección — La esclusa del artista inglés Jon Constable—, pensaríamos que se trataba de un rumor malintencionado. No es así. Ella misma se lo ha confesado a un grupo de periodistas en el transcurso de un almuerzo convocado para la ocasión: «No tengo dinero, no tengo liquidez y la crisis también afecta a los coleccionistas». Las palabras de Tita cogieron a todos por sorpresa.
¿Quién podía pensar que una de las mujeres más ricas de nuestro país, estuviera atravesando una crisis que por lo que se ve no hace distingos entre ricos y pobres, aunque estos últimos estén en desventaja respecto a los primeros porque no tienen cuadros valiosos, ni casas en lugares de ensueño, ni coches antiguos que poder vender en un momento determinado, cuando las cuentas corrientes están a cero y no hay de donde tirar para pagar la luz, el agua, el gas, etc., etc?
Ser baronesa, pero sobre todo, ser propietaria de una de las colecciones pictóricas privadas más importantes de Europa, tiene ventajas, muchas ventajas, entre otras la de poder vender un Gauguin o un Constable, cuando te vienen mal dadas. Y eso es lo que va a hacer Carmen Cervera. Sacar a subasta un cuadro que de salida ya tiene varios novios. La esclusa , fue adquirida por primera vez en 1824 y vendida muchos años más tarde al barón por 10,8 millones de libras.
Los problemas de Tita son más habituales entre los ricos de lo que podemos pensar. La propia Duquesa de Alba ha puesto en marcha un proyecto para alquilar una parte de los salones del Palacio de Liria. Tener una fortuna en bienes inmuebles no significa que tengan dinero en efectivo.
A la baronesa la crisis de Bankia le ha cogido de lleno. ¿La razón? Un acuerdo que firmó hace años con la Fundación Caja Madrid, según el cuál la entidad bancaria le pagaba 2,2 millones anuales por dos exposiciones. Exposiciones que han sido un rotundo éxito, pero que tal y como está el patio de Bankia es de suponer que este convenio como otros muchos queden en el aire.