Cerrar

LEONESES POR EL MUNDO. ALEMANIA | María del Pilar Cabezón Mateos. PROFESORA DE LA ESCUELA INTERNACIONAL DE POSGRADO.

«Aquí se compite en igualdad en las universidades»

Muchas son las diferencias entre los países, pero si esta paramesa tiene clara una, es que la falta de meritocracia en la universidad española impide su posicionamiento a nivel mundial.

María del Pilar Cabezón, de Santa María del Páramo, junto a sus dos hijos y su marido.

Publicado por
Ana G. VALENCIA | LEÓN
León

Creado:

Actualizado:

La Escuela de Capataces de Santa María del Páramo fue testigo directo de los primeros años de vida de María del Pilar Cabezón, una leonesa que desde su infancia en la granja tuvo muy claro que quería conocer otros países, «quizá, se me quedó pequeña, aunque a pesar de su estado de abandono actual siento un enorme cariño por ese lugar».

Después de su paso por un internado en León, nuestra paramesa comenzó su vida universitaria en Madrid, una etapa que cerró en Inglaterra, donde además conoció a su marido, un mexicano que acrecentó aún más sus ganas de conocer mundo. Por eso, en 1995 se trasladaron a Hermosillo (México), el primero de los destinos internacionales de esta familia. «Allí viví diez años, nacieron mis dos hijos y aprendí a resistir temperaturas extremas. Un verano el termómetro alcanzó los 52 ºC», comenta la protagonista de esta historia, que relata con todo detalle una excursión a un lugar remoto del desierto de Sonora. «Durante mi estancia en Hermosillo, trabajé dos años en un centro de investigación, y en una ocasión salimos a hacer un muestreo de plantas. Después de recolectar los ejemplares, el guía me confesó que el rancho de miles y miles de hectáreas pertenecía a uno de los grandes narcotraficantes mexicanos, que aunque las autoridades daban por muerto cada año organizaba fiestas de varios días en su casa», bromea Cabezón, quien gracias a su etapa americana descubrió que «las arañas mexicanas son mucho más peligrosas que las paramesas. Aquí conocí a la viuda negra, y me empleé a fondo para que mis hijos identificaran las especies y sus huevos, que por cierto son muy bonitos».

En el 2006 esta familia hizo las maletas, y en pleno auge económico se mudaron a Santiago de Compostela (Galicia), donde «aprendimos que salvo en honrosas ocasiones los profesores de la universidad pública son antiguos alumnos o familiares. Es el motivo por el que ninguna universidad española se sitúa en los primeros puestos de los ranking mundiales». Una situación completamente diferente en Alemania, explica nuestra paramesa, que ha comprobado cómo los profesores se somenten a exámenes y a evaluaciones para conocer lo que pueden aportar los nuevos candidatos al grupo. «En el sistema alemnán se compite en igualdad de condiciones, en el español, no», matiza.

Desde noviembre del 2010, estos leoneses con cierto acento mexicano viven en Münster, en el noroeste de Alemania. «Aquí el medio de transporte es la bicicleta aunque llueva o nieve».

Lo más curioso es que Pilar y su familia aterrizaron en el país germano sin saber una palabra de alemán. «Mi marido y yo trabajamos en inglés, lo que ralentiza el aprendizaje del idioma, pero lo importante es que queremos aprenderlo e integrarnos». Esta situación ya es conocida para el matrimonio, «en Galicia nos pasó con el gallego», argumenta esta leonesa, que en Münster trabaja en la Escuela Internacional de Posgrado Indo-Alemana (IRTG-MCGS), donde cada alumno recibe mensualmente una beca de 1.450 euros financiada por el Gobierno Alemán, a cambio los estudiantes pagan una matrícula semestral de 210 euros.

«Mis hijos van a un Gymnasium, que es un instituto, no un gimnasio como pensamos al principio», bromea, «es un sistema complejo pero con una política inteligente, pues los alumnos extranjeros el primer año no reciben notas, al considerar que lo más importante es el aprendizaje del idioma».

Así con millones de experiencias a sus espaldas, nuestra leonesa sigue sumando anécdotas a un viaje que comenzó con once años.

Cargando contenidos...