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LEONESES POR EL MUNDO. ESCOCIA | Héctor Bernardo. Ingeniero de caminos, canales y puertos

«La crisis me impulsó a venir»

Este ingeniero de 30 años decidió escribir una nueva página en su vida, esta vez en inglés, y marcharse a Edimburgo para trabajar en un atractivo proyecto que su empresa en España le ofreció.

Héctor Bernardo junto al puente Forth Rail Brigde,simbolo de Edimburgo.

Publicado por
Silvia Alonso | león
León

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Hace ya nueve meses que Héctor, natural de Cistierna, decidió dar el salto y marcharse a Edimburgo a trabajar. Debido a los recortes presupuestarios derivados de la crisis que afectaron al Ministerio de Fomento, numerosas obras en el territorio nacional quedaron paradas o sensiblemente ralentizadas. Fue entonces cuando su empresa le ofreció moverse a una de las filiales del grupo para comenzar la construcción del nuevo puente sobre el Firth of Forth en Edimburgo. Ante el panorama que se le presentaba en España con la falta de trabajo y la importancia del nuevo proyecto que le ofertaba su empresa, este ingeniero de 30 años no dudó en irse a trabajar al extranjero. «No solamente vi una oportunidad para aprender el idioma, también para conocer otros modos de trabajar», comenta.

Aunque la crisis se hace notar en Escocia, lo hace en menor medida que en España. «Aquí en general hay trabajo, pero también conozco a mucha gente con estudios universitarios que está en la hostelería». Héctor cree que las condiciones laborales son similares a las españolas, aunque es cierto que los horarios se respetan más allí. «En general, se valoran mucho las titulaciones universitarias y la experiencia laboral para poder obtener un trabajo en Escocia», explica.

A pesar de la situación meteorológica, Héctor Bernardo asegura que Escocia es un buen sitio para vivir. «Es el mundo al revés, en invierno no llovió nada y fue cálido y ahora en verano hace muy mal tiempo, la lluvia es constante». Aún así, la temperatura es buena y es raro bajar de cero grados en invierno, «nada que ver con las heladas de la montaña leonesa», comenta el joven de Cistierna. La humedad que caracteriza al país británico crea un entorno verde «típico de postal». Hay muchos lagos, no solamente el conocido Lago Ness, también estepas kilométricas y pueblecitos costeros verdaderamente encantadores.

Comida y ocio

La gastronomía es bastante pobre, casi siempre hipercalórica. Ellos mismos comentan que «tienen muchos de los mejores ingredientes del mundo, pero que metidos en una cocina no saben hacer nada con ellos». Héctor dice que personalmente intenta cocinar platos de la gastronomía española, en su opinión, «es una de las mejores del mundo».

Con respecto al ocio, Edimburgo es una ciudad con bastante oferta, tiene muchos rincones para ver y gran parte de ellos son gratuitos, sobre todo puedes ir a los museos y monumentos sin apenas coste. Y cuando la ciudad se queda pequeña «hay decenas de sitios interesantes en Escocia para visitar, como Glasgow o St Andrews». Además del turismo cultural, con tanta superficie natural, hay una gran oferta de turismo y deporte en un entorno rural.

 

La vida nocturna

Héctor ve muy diferente la vida nocturna en comparación con España. «Lo normal aquí es salir a las cinco de la tarde y volver sobre las doce de la noche, nada que ver con las largas noches de fiesta en Cistierna o León». A partir de la medianoche apenas hay pubs abiertos y la fiesta suele continuar en una casa privada, algo habitual entre los estudiantes fundamentalmente y que llaman «flat parties».

Los escoceses en general son gente simpática, amable y atenta aunque «cuesta crear relaciones más allá de lo profesional y ocasional porque son personas muy de su casa y de sus amigos», cuenta el ingeniero. Son bastante educados y como particularidad «tienen un acento muy marcado que puede llegar a ser francamente difícil de entender hasta para los ingleses, a los que tienen bastante odio por otra parte». A los escoceses les encanta beber y conducen muy mal. «El tráfico es horrible», explica Héctor.

Este ingeniero de Cistierna ha ido a Edimburgo por cuatro años, aunque debido a la crisis económica no puede asegurar el tiempo que estará allí.