Carta a un lobo

Tiran a dar, tontolaba, entérate, y dile adiós a tu veda, a la impunidad que te daba la ley que prohibía darte tiros en el culo y hostigarte, hala, a despertarse, chaval, espabilando, que el Principau d’Asturies está considerando dar licencias pa matate (llámenlo cazate ) en todo «su» santuario y privilegio natural de Picos de Europa donde has campado en las últimas décadas con absoluta libertad y con una tropa detrás de seguratas (llámenlos guardes ) vigilando por tu vida, ooole ahí, viva la vida muelle... pues olvídate, rapaz, se te acabó la molicie, tú también entras en crisis, agárrate a la barra y da pedales, que la autoridad de ese parque nacional recabó el juicio de expertos y considera que, como coméis sin estorbo o con lobada todo lo que os peta (a falta de ovejas, jaláis hasta urogallos) y además no paráis de chingar, empezáis a ser número y daño inquietantes, o sea, matarile, a diezmaros lo justo y algo más, está claro, ya sois carne cinegética, trofeo al canto, caza que se subasta como el corzo o el jabalí, dinerito para las arcas, mira qué bien... y vendrán de lejos gentes ricas, artilleras y hasta testas coronadas que subirán a esos puertos y peñas con rifles de carísima precisión que a cuatrocientos metros logran colocarte entre ceja y ceja una bala que te sabrá a sanseacabó ... hazme caso, sal de la lobera y deja el siestorro, que esto se pondrá feo, cógete a la prole que está ya crecidita y moveros, no campeéis mucho tiempo por el mismo sitio, elegid otras camas para dormir y dormid con un ojo abierto, o con los dos, como las liebres, porque vuelven los tiempos de vuestros abuelos a los que abatieron a cartuchazos... y de milagro no vuelven los siglos de vuestros tatarabuelos a los que liquidaban con fiereza y saña en chorcos , trampas, lazos o con venenos, pagando los concejos recompensas a cualquiera que presentara un compadre tuyo apiolado, ¡cómo tuvieron que espabilar tus ancestros, lobito, para sobrevivir a todo aquello!, y sobrevivieron, que si no, ibas a estar tú aquí por los cojones... en fin, lo dicho, prepárate a recelar de todo y a correr, te vendrá bien, estás echando tripa innecesaria y ahora habrás de ser veloz y escurridizo como el raposo... pero aún te resta un gravísimo peligro... ( continuará )