Los menores españoles copian los hábitos de fumar de sus familiares
La edad de inicio del consumo de tabaco entre los jóvenes está en los 15,9 años.
Si los niños ven a sus padres leer en casa, su interés por conocer los secretos de los libros crecerá. Si escuchan a los Beatles, probablemente apreciarán la música. Si observan a sus familiares emocionarse con el fútbol, pronto tendrán ganas de ver un partido. Y si se acostumbran a los humos de un cigarrillo, aumentará el riesgo de que comiencen con esa práctica más jóvenes. La edad de inicio del consumo de tabaco en España está en los 15,9 años, según datos del Ministerio de Sanidad. Y gran parte de esos adolescentes amantes de los cigarrillos habían visto cómo se fumaba en su casa desde pequeños. Al menos esa es la conclusión del artículo ‘¿Por qué fuman los jóvenes?’ publicado en la revista científica ‘Prevención del tabaquismo’ en el que los autores explican cómo los menores que conviven con familiares fumadores incrementan las posibilidades de un consumo temprano de esta droga.
El análisis encabezado por el doctor López Martín de Blas trata de desentrañar las causas por las que un adolescente decide empezar a fumar. Y encuentra tres factores principales. Las campañas publicitarias, que a edades tan pequeñas suponen un gran impacto en su conducta. El nivel socieconómico, ya que según los expertos el consumo se adelanta en estratos sociales más bajos. Y la relación con el entorno familiar más directo. Es en este último punto donde los autores ponen el énfasis por ser el menos tratado, pero con una incidencia trascendental sobre los jóvenes. De hecho los resultados de varios estudios señalan que entre el 70% y 80% de los fumadores universitarios españoles tenían algún familiar con los mismos hábitos poco saludables. Unos datos que para López Martín avalan la relación existente entre el inicio de consumo de los jóvenes y el hecho de que los familiares fumen.
Los padres suponen para los menores un modelo a imitar. Los niños copian lo que ven en su hogar. Al igual que si sus progenitores hacer deporte su interés por esta práctica aumentará, si los niños ven fumar en su casa desarrollarán «una mayor tolerancia hacia el tabaco», según explican en el artículo. Además, recuerdan que algunos estudios muestran que el tabaquismo pasivo en los menores crea una dependencia que favorece el consumo temprano de esta droga. a salud de los niños fumadores pasivos se resiente desde el primer momento. «Los menores que conviven con familiares fumadores desarrollan más problemas de laringitis, bronquitis, etc», explicó el doctor Segismundo Solano. Los hogares libres de humo son un espacio protector contra el tabaco.