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caso ruth y josé

La Policía Científica se persona en la cárcel y toma muestras de ADN de Bretón

Los agentes pretenden cotejar las muestras genéticas con las que se puedan encontrar en Las Quemadillas

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AGENCIAS
León

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Efectivos de la Policía Científica se han personado este jueves en la cárcel de Alcolea (Córdoba) para tomar muestras de ADN de José Bretón, padre de los dos niños desaparecidos en Córdoba el 8 de octubre del 2011 y acusado por el juez de dos delitos de asesinato.

Los agentes se han desplazado hasta el centro penitenciario, donde Bretón lleva encarcelado desde el 21 de octubre, sobre las 11.00 horas y han permanecido en las instalaciones alrededor de dos horas. Durante su estancia, han estado acompañados del abogado defensor de Bretón, Baldomero Sánchez de Puerta, quien a su entrada ha dicho que esta diligencia se debía de hacer en presencia del letrado del cliente.

Sánchez de Puerta se ha desplazado al centro penitenciario en el mismo coche que los agentes y no ha querido hacer declaraciones a su salida. Los investigadores, a petición del juez del caso, José Luis Rodríguez Laínz, también han tomado muestras de ADN a la madre de los niños, Ruth Ortiz, con el objetivo de cotejarlas en caso de que los huesos hallados en la finca de Las Quemadillas tuvieran restos de material genético, algo difícil ya que fueron sometidos a temperaturas cercanas a los 800 grados, según los expertos.

Nuevas declaraciones

Especialistas de la Universidad de Santiago de Compostela tratarán de hallar restos de ADN en dichos huesos. El caso está a la espera de que la próxima semana vuelvan a declarar en sede judicial los familiares de Bretón, entre ellos sus padres -Bartolomé Bretón y Antonia Gómez-, sus hermanos -Rafael y Catalina- y el marido de esta última, José Ortega. Estas comparecencias están fijadas para el 26 de septiembre y a las mismas les seguirán dos días después las de los peritos que han analizado los restos óseos hallados en la citada finca.

Estas pruebas se realizan a tenor del informe solicitado por el juez para intentar hallar ADN de los dos niños en los restos óseos de la hoguera, que tres informes anteriores confirman que son de humanos, aunque por el momento no ha trascendido que se haya conseguido el ADN de dichos restos. Al respecto, los restos óseos fueron extraídos de una hoguera en la que se aplicó una plancha metálica que elevó la temperatura de las llamas a entre 650 y 800 grados, una temperatura difícil para conservar muestras de ADN, como se detalla en la investigación.

La hoguera de las quemadillas

En concreto, en el último auto, por el que se imputa al padre de los niños por la supuesta comisión de dos delitos de asesinato con alevosía, el juez argumenta que Bretón, "tras matar a sus dos hijos, lo más probablemente al llegar a la parcela", en Las Quemadillas, y sin que se pueda establecer la forma en la que lo hizo, "trató de hacer desaparecer sus cadáveres quemándolos en lo que diseñó como un auténtico horno o pira funeraria", sobre "un fondo de leña de olivo en forma más o menos rectangular", en la que supuestamente colocó "los cuerpos de los dos menores". Algo que, según el togado, está "demostrado empíricamente".

Asimismo, relata que "los cuerpos estarían posiblemente cubiertos por una sábana o cortinas de las que no se encontraron en los registros; muy probablemente Bretón vertería importantes cantidades de gasoil sobre los cuerpos o sobre la leña, con miras a conseguir que la hoguera alcanzara elevadísimas temperaturas durante un prolongado espacio de tiempo". Cabe recordar que los agentes comprobaron en la investigación que Bretón compró unos 140 litros de gasóleo antes de acudir a Córdoba el 7 de octubre.

Como un horno

Posteriormente, "sobre la pira, José Bretón colocaría la estructura metálica de mesa de forma rectangular que se encontró junto a la hoguera en el primer registro", y agrega que "la mesa serviría de parapeto, sobre el que posiblemente descansaría una especie de plancha o montículos que hicieran concentrar aún más el calor", con el fin de actuar, en palabras del juez, como si fuera "un horno".

Cuando Bretón calculó que "la incineración pudiera haber tenido finalmente lugar (el volumen de la ceniza y la existencia de ascuas impediría un análisis concienzudo) retiraría la mesa y el material utilizado de parapeto, consiguiendo de este modo, posiblemente con la ayuda de ropas sintéticas o simplemente por oxigenación provocada por la retirada de obstáculos, o manipulación de ascuas, que la llama se avivara en el entorno de las 17,14 horas". Precisamente, los técnicos del Infoca alertaron sobre esa hora de una columna de humo, procedente de la zona de la finca.

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