CORNADA DE LOBO
Llorar es mamar
Tiene Cataluña un aire fenicio en su gobernarse, un aire etrusco en el definirse y una tramontana en la cabeza para aventar solamente la bandera propia, su sagrada tela cuatribarrada... o pentabarrada, si el catalán de cepa y canut cuenta lo amarillo creyendo que significa el oro y el moro.
Cuando los griegos descubrieron las costas catalanas llamaron a aquello Spania porque estaba todo lleno de spanos , conejos; y aún hoy. Los romanos herraron después la palabra en latín y quedó Hispania... y los lugareños, que torturaron el latín para romancearlo, acabarían llamándolo España... pero los primeros en llamarse hispanos o españoles fueron los catalanes, que conste, mal que les pese... los demás éramos lusitanos, béticos, cántabros, galecios, astures... hasta engullirrnos la marca Hispania que empezó catalana para que acabáramos todos catalanes en el amanecer autonómico pidiendo portazo, bandera, la hijuela y frontera con fielato... y así, cada cual pudo proclamar «España es mi ombligo; y el resto, culo para dar o teta para tomar».
Ahora Catalunya is not Spain y en el seny de su gente la palabra español o es un incordio o es un insulto. Vaya.
¿Mala memoria?...
¿Sentimiento de culpa?...
No conviene engañarse: el origen de todas las independencias (y de las guerras, aún más) fue siempre el dinero, el vil metal con el que se hacen tanto las monedas como las espadas. La razón del independiente duerme en la bolsa, aunque después venga el tonto pintándolo de raza o de historia, la tonta bordando una bandera o el tontísimo creyéndose superior y con más derecho que el vecino. Pero si Cataluña clama hoy por su secesión, es porque no se les arregló el ventajoso pacto fiscal que reclamaban. Acostumbrados al llorar que lleva al mamar, logran ordeñar poco a una derecha «nacional» que gobierna un estado en quiebra. Hoy la ubre es cuero seco de bolsón vacío. No hay harina, todo es mohína y don Artur Mas (y más) encendió faroles en la Calle Independencia cundiendo alarmas en Madrid y en las trincheras mediáticas. Pero no es de alarmar la cosa; sabemos que este lío tan difícil se resuelve siempre bien fácil: dando de mamar.
Y así se hará, no se dude.
este lío difícil: poner pasta... mucha.