Zurdo lobo

Tendrán que darles o dejarles algo de comer o andarán a mordiscos con el ganao, me dice Luis.

La cosa es... ¿qué coños comen los lobos en estos montes, además de alguna oveja de vez en cuando?... ¿corzos, jabalises , perros sueltos, gatos de aldea, ratoncitos pérez, saltapraos?... Pediré a mis instructores biólogos que me lo indiquen, porque no tengo ni la más loba idea de cuál es ahora la dieta de estos perros salvajes, los lobos, nuestros hermanos de cazurrería, esa que nos define a los leoneses no sólo como «paisanos con boina detrás de una sebe», sino también como «lobos rondado majada y simulando cojera».

El lobo es astuto, aprende rápido a oler trampas, venenos, balas o venablos y logró ser el único perro que jamás aceptó tener dueño, ni cadena, ni caseta, ni mano que lamer para agradecer las sobras o la patada. Es todo un símbolo inquietante de la rebelión y de la defensa de la libertad a mordiscos... no se acomoda a la correa... ni se deja domar... ¿quién vio lobos en un circo?... que aprendan tigres y leones.

El caso es que llamó Zurdo presentándose como lobo solitario y me contó lo que vio una vez en los inmensos bosques de Baviera cuando andaba de joven formándose en artes y vidrios por Alemania y Austria. Iba con su amigo oriundo y encontraron en un paraje a un operario junto a una montonera de pacas de heno y un contenedor: la hierba era para los cérvidos de aquella zona y lo otro era carne para los lobos y la fauna carroñera, gracias a lo cual eran inusuales los ataques de los lobos a intereses ganaderos. Total, que Luis quería proponer que se pruebe aquí lo que él vio en Baviera por ver si así se reducen las continuas noticias de lobadas y ganado muerto.

Y cabe aquí su razón porque, de un tiempo acá, al lobo le han quitado, incluso, una comida que tuvo siempre: el ganado muerto en montes o puertos... hoy lo levantan del campo para cobrar el seguro y se lo llevan lejos a incinerar (lo dice la ley y la nueva industria ambiental)... y esa misma carne muerta que hoy le falta al lobo incitándole a la lobada, más le duele a las rapaces y toda la cadena trófica de bichos para los que esa carroña era caviar y supervivencia... ¡ja, payo, dailes argo!...