Diario de León

LEONESES POR EL MUNDO. BRASIL | José Luis Arias. profesor.

«Es raro un día con chaqueta»

Reside desde hace diez años en Sâo José do Rio Preto, una ciudad «nada vertical» de casi medio millón de habitantes. Dirige un colegio de Agustinos y asegura que el calor es «sofocante» todo el año.

José Luis Arias reside en una zona conocida como Los Grandes Lagos.

José Luis Arias reside en una zona conocida como Los Grandes Lagos.

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f. castro | león
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Mucho calor y mucha agua. Así explica este leonés como es Sâo José do Rio Preto, una ciudad que roza los 500.000 habitantes y que está situada a 450 kilómetros de Sao Paulo. «Aquí hace mucho calor durante todo el año. Las estaciones, inversas a las de Europa, no cambian mucho la temperatura. Es raro el día que se necesita una chaqueta, todo lo contrario, el calor llega a ser sofocante», asegura José Luis. Y destaca un dato. Todo el colegio que dirige «está climatizado».

Y ese calor se une a una abundancia máxima de agua. «La gente tiene la costumbre de limpiar el patio de su casa lavándolo con la manguera y mucha agua. Es una cosa que les encanta y claro que es muy agradable porque humedece el ambiente, pero con un derroche que sólo se lo permite la abundancia».

José Luis Arias, natural de Soto y Amío, dejó su pueblo con once años. «Como a la mayoría de mi generación me mandaron a estudiar a los frailes, en mi caso a los agustinos y con ellos me hice agustino también». A Brasil fue destinado en 1997. Cuatro año estuvo «en la gran metrópoli del estado, que es Sao Paulo» y desde hace más de diez años dirige un colegio con 1.600 alumnos en Sâo José do Rio Preto.

«Es una ciudad nada vertical, apenas tiene edificios altos. Está muy extendida y pertenece a una región que se llama de Los Grandes Lagos», explica José Luis, que recuerda como al llegar le ayudó para integrarse estudiar una carrera en Brasil: «Cuando llegué hice pedagogía y, la verdad, me ayudó mucho a inculturarme. No sólo el estudio, sino la convivencia con el mundo y las gentes de la universidad. Fue una de las mejores formas de acercarme y poder comprender la cultura de la gente y de este país». Y también destaca otro factor clave para conocer bien la realidad del país: «El bullicio de un colegio es la mejor clase práctica para hacerlo. Aquí hay un crisol de razas y costumbres. El pueblo brasileño respira ritmos musicales. Ya desde la colonización los jesuitas utilizaban la música para evangelizar los indígenas, que se enriqueció con la influencia africana y calor, resultó en los populares requiebros: ‘gingados y sambas’... que repican en todos los rincones del país».

José Luis destaca la inmensidad de este país: «Es el mayor de América Latina, ocupa más del 47% del continente y la mayor parte del país se encuentra dentro de la zona tropical. No puedo dejar de recordar el gran Amazonas, que también se considera como el río más grande del mundo por su volumen de agua».

En Sudamérica ha tenido la ocasión de seguir sus rastros familiares: «Me parece que los leoneses somos los que más gente tenemos en misiones por los cuatro costados del mundo. Especialmente de la zona de Omaña hubo y hay varios. La vocación religiosa fue bastante fuerte en mi familia. Dos hermanos de mi madre estuvieron en Argentina y uno, que murió en 1958 de tuberculosis, era hermano de mi abuela y está enterrado en Sao Paulo. Hice todo lo posible hasta conseguir visitar su sepultura cuando viene a Brasil».

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