Matrimoño

Tienen motivos los populares para resentirse por llamar matrimonio a la unión legal y constitucional entre gentes del mismo género (gays, lesbianas... o no necesariamente). En sus trece están... ¿es para tanto?... después de todo, el matrimonio no es más que un contrato civil entre dos personas que montan una empresa familiar; y como va en serio la cosa de ser socios, ha de mostrarse ese acuerdo ante un juez para que queden bien claras y firmadas las garantías, el capital o las obligaciones. Ese contrato es lo que vale. Después es libre cada cual de sacramentarlo, ritualizarlo ante un Buda o regarlo con agua de peruco en una ceremonia ibicenca.

Los populares están en un brete: crecen los estados de la órbita occidental (de derechas alguno) donde rige ya este matrimonio... pero a buena parte de su electorado cañí no le cabe en la pelota la imagen de dos machos dándose amores o adoptando críos, bien porque están aún muy confortables en su heredado y cultivado machismo ibérico y cerval, bien porque sus convicciones religiosas les obligan a repudiarlo haciendo asquitos... y sin embargo, tienen los populares también entre sus filas un nutridísimo grupo de cuadros, militantes y votantes gays que no entienden la cerrazón de los puretas de su tribu (dirigentes por un lado y fusileros en cualquier esquina)... porque ¿acaso no hay un buen cerro de gays de derechas de toda la vida o de anteayer, gays que meten papeleta azul, gays que salen de la urna con acta azulona, gays en las alturas de la gobernación o en las bajuras de un spa en la calle Princesa, gays en cifras parejas a cualquier otro colectivo humano... o divino?

Tarde, y no antes, la derecha tragará esa realidad legal que ya es realidad viva en la calle y en su familia, pero se resistirá a llamarlo matrimonio, que sólo viene de madre . Pues que digan patrimonio , ya que aquí hay dos padres, y se acabó el lío... ¡pues tampoco!, objeta Sócrates: llámese matrimoño , que, al final, también los gays acaban tirándose de los pelos y divorciándose en masa... ¿querían matrimonio?... en el pecado llevaron la penitencia... ¡Sócrates, modérate!... vale: los populares prefieren llamarlo pareja de hecho ... ¿y pareja de cohecho ?... uy, muchísimo mejor.