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Publicado por
PEDRO TRAPIELLO
León

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Truenan los pepinazos franceses en las guaridas yihadistas de Malí, esa moraima belicosa que bebe Al Qaedas en frasca para mear versículos con queroseno y espoleta... hemos estrenado una nueva guerra... ¿me meto?... ¿no me meto?...

Ya tenemos nuestro propio Afganistán, pensó mesié Holán, gastemos algo de arsenal o se nos caduca... que las guerras se inventaron para renovar el almacén... y repartirse la rapiña.

El escenario está cerca y hay miedo a esa proximidad fundamentalista del Magreb y Sahel... se han puesto broncos y su alfanje negro-arabí apunta a esa puerta de Europa estrecha y gibraltareña... mesié Holán insistió: la mejor defensa es un buen ataque... y pasó la pelota a España... ya llevan diez días de guerra con mucha desproporción en armamentos y contendientes... pero los yihadistas muerden... y amenazan más represalias, mientras en el metro en París andan estos días con el culo muy apretado echando reojos a cualquier mochila o cara sarracena.

Es la guerra.

¿Qué pensará de todo ese fregado sor Teresita, una alavesa de 105 años, de los que ha pasado 86 de clausura rigurosa en un mismo monasterio cisterciense de Guadalajara?... nadie estuvo tanto tiempo seguido en un cenobio y sólo la felicidad o equilibrio interior explica una longevidad tan vitalista como la suya... manda la reverenda mensajes con el móvil y lee internet, manda carallo, qué energía tiene, y aunque camina ayudada por un tacatá, se recorre el convento instruyendo y animando, eso dice la docena de monjas que silencian aquellos imponentes muros.

Antes de monja, sor Teresita se llamó Valeriana Barajuén González de Zárate, pero le sobró apellido y casa (seis hermanos y un destino de labranza) y dice que es mejor que el convento esté algo lejos de su tierra, porque «si no, después vienen todos a contarte sus problemas y te distraen»... y le cogió al mundo la distancia más saludable... fue abadesa un tiempo... y sólo subió a un coche dos veces, una hace poco para que la recibiera Benedicto XVI en Madrid en aquella JMJ... y la buena de sor Teresita confundió a Rouco con el Papa, mira tú qué gracia... ¿qué pensará, pues, de esta guerra de Malí?...

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