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LEONESES POR EL MUNDO. SAO PAULO | RAÚL ALONSO ESTÉBANEZ. ARQUITECTO

«Es un país que protege lo suyo»

Primero fue decantarse por una profesión, después atreverse a cambiar de país. Ahora, el reto es adaptarse a las posibilidades que ofrecen el momento y el sitio.

Raúl Estébanez, en una imagen tomada delante de una zona de favelas llamada Tanquinho.

León

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«Encontramos un concurso para rehabilitar un área con favelas en São Paulo y decidimos apuntarnos porque se amoldaba como un guante a nuestras características. Recuerdo que en broma dijimos... ‘como lo ganemos, nos tenemos que ir’, porque el premio no era dinero, sino la contratación del proyecto. Y así fue, lo ganamos y nos fuimos».

A Raúl Alonso Estébanez la vida le dio una oportunidad. «Las posibilidades de ganar un concurso eran absurdas comparadas con el esfuerzo». Pero el asunto salió bien. «Por ahora no he conocido a ningún leonés que viva aquí. He conocido a algún español, pocos, pero no de León».

Y para allá que se fue. Dejó León y se metió en la vorágine de lo brasileño. «Aquí la pobreza y la riqueza conviven sin complejos pero sin mezclarse, separadas por la chapa del coche, a veces blindado y siempre con cristales tintados. También están omnipresentes los muros y sus cámaras. Y cuenta mucho el simple color de la piel, sobre todo si eres del norte del país».

Tenía una idea de la arquitectura diferente a la que está desarrollando ahora: «Me presenté al examen de ingreso en la Universidad. Desde pequeño se me dio bien dibujar y por eso lo hice, pero también probé con otras carreras. No fue una elección vocacional, eso llegó con el tiempo. Entre las opciones que tenía, fue la que más me atrajo. Pero la arquitectura que estoy haciendo ahora, tiene muy poco que ver con la que me enseñaron».

No hay demasiada gente en la calle en Sao Paulo: «En general hay pocos peatones, y eso aumenta la sensación de que la ciudad es insegura, sea o no sea cierto. El ‘por sí acaso’, suele ganar en momentos de duda. Yo me muevo a pie siempre que puedo porque la inseguridad es un pez que se muerde la cola, y si en la calle no hay nadie, nadie sale y viceversa, y por ahora nunca me ha pasado nada, aunque voy alerta. Se trata de ir sin miedo, pero alerta».

La crisis de cada día

La crisis no ha cruzado el charco en toda su extensión, pero las noticias sobre la realidad económica de España, sí: «La distancia es muy relativa, porque seguimos con proyectos en España y también estamos sufriendo lo difícil que está todo. Sacar cosas adelante aquí también nos está costando lo nuestro. Hay más movimiento que en España, pero no es un paraíso, al menos para nuestro tipo de trabajo. Todo se vuelve muy burocrático si se busca la vía pública, o interesado si se hace por medio del sector privado, haciendo difícil sacar adelante proyectos con fuerte carga social y ambiental intentamos que sean los nuestros. Además este año han tenido una sorpresa negativa al darse cuenta de que están creciendo a menor ritmo que el esperado».

¿Y qué puede tener de atractivo Brasil para un leonés?: «Brasil es muy grande y la pregunta muy general. La respuesta es «depende» de lo que se busque. Si busca turismo, dependiendo de donde aterrice puede encontrar lugares paradisíacos o realmente duros. Si busca trabajo, probablemente sí, aunque es un país bastante cerrado y protector de lo suyo».

Cuestión de suerte

«En mi caso, tener la suerte de ganar un concurso así, en un momento como éste, ha sido un regalo. Poder trabajar en un proyecto como el que estamos haciendo, definiendo desde las infraestructuras más básicas hasta los procesos de participación con los vecinos, y de vivir en una ciudad de 20 millones de habitantes, incluyendo los municipios que la rodean, es muy interesante para poder aprender qué cosas funcionan y cuáles no, en un mundo en el que la gran mayoría de la humanidad será urbana. Con los problemas medioambientales que ya sufrimos, el desarrollo de este tipo de ciudades tendrá mucho que decir en la mejora o empeoramiento de la situación».

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