Topando iglesia

Tienen estos tiempos una parábola escrita en el sky line de nuestras ciudades, horizonte de grúas paralíticas como espantapájaros, parábola de epulones que ahora arden en los infiernos crediticios clamando para que los pobres a los que negaron sus migajas les lleven ahora a los labios una sola gota de agua... vaya, hombre, pues no puede ser, se la bebieron, andaban ellos también con una tremenda sed de justicia entre desahucios e hipotecas con dientes.

La construcción, parábola de nuestra fantasía voraz y veloz, entró en colapso y nos apena ver tanto edificio a medio hacer o tantos chalets endosados y sitiados por el silencio y la ruina.

Sin embargo, en un solar de La Lastra se levantarán grúas como quien dice «yo sí puedo» para construir un nuevo templo y otras dependencias parroquiales. Fue noticia esta semana y en principio es todo un símbolo que inspira confianza, digamos brote verde o, si se prefiere, otra parábola del sembrador cuya simiente ha caído en el surco y no en el camino de la comisión, en el buche de los pájaros concejiles o en el saco roto de algún banco.

Menos mal que alguien afronta esta crisis en positivo, o sea, edificando, levantando ánimos y andamios, le dijo Anselmo a Sócrates cuando tiraron por ahí adrede en su paseo mañanero a fin de achusmar si había preparativos en ese solar que el Ayuntamiento le cedió al obispado para equipamiento eclesiástico (como se proyectó La Lastra pensando que iban a vivir allí cuarenta mil almas, igual de necesario se creyó construir una parroquia que un súper o un «minideportivo» para que hagan gimnasia las señoras).

Anselmo le indicó que el templo se erigía gracias a la donación de una señora que dejó al obispado quinientos mil euros al efecto. Sócrates tardó en hacer comentarios: oye, ¿la Iglesia declara como ingresos las limosnas?... y lo del cepillo, ¿es dinero blanco o negro?... cuando alguien deja encargado un montón de misas por algún difunto, ¿conoce Hacienda estos pagos?... ¿se emiten facturas con iva cuando se paga el estipendio de bodas o bautizos?... Anselmo no supo decirle y Sócrates se lo preguntará a su hermano pequeño que es canónigo en Calahorra.