¿Y ahora qué merienda el niño?
Comer más de 20 gramos de embutido al día aumenta un 3% la mortalidad.
La alimentación es una de las preocupaciones de los padres, para que sus hijos crezcan fuertes y sanos. Y cada día más, se está convirtiendo en un verdadero quebradero de cabeza, pues parece que constantemente salen estudios nuevos que nos indican que cada vez menos cosas son saludables o, por decirlo de otra manera, casi todo es perjudicial. Esta semana le ha tocado el turno a los embutidos y se ha hecho una afirmación que seguro que a más de uno le ha hecho saltar las alarmas: consumir más de 20 gramos de embutido al día acorta la vida. Esto significa que el habitual bocadillo de jamón, chorizo, mortadela o salchichón que se suele dar a los niños para merendar no es tan bueno como creíamos, puesto que, por poco más que se coma, provoca un mayor riesgo de mortalidad.
La investigación, realizada en diez países europeos, entre ellos España, sugiere que la población que abusa del consumo de carnes procesadas (salchichas, hamburguesas, embutido) tiene un mayor riesgo de muerte prematura, fundamentalmente a causa de enfermedades cardiovasculares, aunque también por el cáncer. Los expertos destacan que se ha demostrado que si se reduce el consumo de este tipo de carne a menos de 20 gramos al día se podría evitar más del 3% de todas las muertes.
El estudio, publicado en la revista científica BMC Medicine , se ha basado en casi medio millón de hombres y mujeres, de entre 35 y 69 años de edad, sin enfermedades previas como cáncer, accidente cerebrovascular o infarto de miocardio, a los que se controlo desde el año 1993 toda la información posible sobre su dieta, tabaquismo, actividad física e índice de masa corporal. Hasta junio del 2009 se produjeron 26.344 muertes y se constató un consumo elevado de carne roja que también se ha relacionado con una mayor mortalidad, aunque esta asociación se vio más fuerte en el caso de la carne procesada. Por el contrario, no se observó riesgo en el consumo de aves de corral.
A la fruta
La explicación podría estar en que los preparados cárnicos (salchichas, chorizos, beicon) contienen gran cantidad de grasas y sal, lo que eleva el nivel del colesterol y, consecuentemente, los problemas cardiovasculares. Además, en todos estos procesos industriales se pueden añadir ciertas sustancias cancerígenas, como las nitrosaminas, que consumidas en exceso pueden aumentar el riesgo de padecer cáncer.
Si esto es así, la pregunta es: ¿qué le doy de merendar al niño? Si los embutidos elevan la mortalidad, la bollería industrial tiene excesivas grasas saturadas y puede llevar a la obesidad, la leche de vaca cada vez tiene más detractores por su fuerte intolerancia gástrica, el chocolate tiene demasiada azúcar... parece que al final, lo único que se salva es la fruta, precisamente lo que menos les suele gustar a los más pequeños.