cornada de lobo
Al furaco
Tienen algunos nombres un algo que empuja a sus propietarios a cumplirlos... un Pepe Pérez propenderá, por lo general, a ser un perfecto Pepe Nadie... pero si se llamase Jaime Fernando Federico Maximiliano Borja Luis de Todos los Santos, soñará sin duda con ser algún día príncipe heredero o pillar el sillonazo de una fundación altruísta «con» ánimo de lucro... con mucho ánimo y mucho lucro.
¿Y si se llamara Juan Lanzas?... pues a las mientes nos vendría un tipo con alabardas o venablos o azagayas o picas o jabalinas o bicheros o aguijadas o lancetas o rejones o garrochas...
...y lanzado, envalado, veloz.
Juan Lanzas es el ugetista sevillano pillado en medio de toda la orquestada estafa de los ere de Andalucía, eso que llamaremos la grande bouffe , la gran comilona, el atracón monumental... este tío fue el que se puso en medio del lío a ordenar todo el tráfico de trampas y fregaderas cobrando su comisión, cataclás... rejonazo al presupuesto de los parados, lanzada mortal al buey público para cobrarse sus testículos y clavarlos en lo alto de la pica como hacen en Tordesillas los caballistas lanceros con su «Toro de la Vega»...
Señor Lanzas, sírvase usted mismo... y apañó como no veas ese líder nato de ¡apañeros y apañeras! ... bajo el colchón de su cama en casa de los suegros sacó la poli una morterada de billetacos moraos que daba gloria verlos... parecioles poco a los guardias, calderilla comparada con los trece millones que calculan trincó ese pájaro, así que la poli pidió un geo/radar y se puso a buscar el bulto grande escondido seguramente en aquella finca, porque ese tipo sebón tiene pinta de no fiarse de los bancos (ni nosotros, ya ves), pudiendo esconder el tesoro en un furaco o enterrarlo entre viñas en orzas de barro... astuto gañán, échale un galgo.
Por eso sonreía el muy cabrón al salir esposado de los juzgados camino del Hotel Rejas... tragará con su corta cárcel, pero su familia tendrá la vida bien arreglada porque no se encontrará (como suele en estos casos) el furaco donde escondió el botín... así reía... en fin, que estamos ante un perfecto patriota de los de «Familia, Municipio y Sindicato», aquella trinidad franquista.