Fallece en Nueva York el hombre más viejo del mundo, un español de 112 años
Salustiano Sánchez Blázquez, que nació en 1901, vivía en EE UU desde los 17 años.
La friolera de 112 años y 99 días estuvo latiendo el robusto corazón de Salustiano Sánchez Blázquez, fallecido en Gran Island, Nueva York, como el hombre más longevo del planeta.
Había nacido en un pueblín serrano de Salamanca, El Tejado de Béjar, el 8 de junio de 1901, y la larga vida de ‘Shorty’, su cariñoso apodo traducible como ‘pequeñín’ o ‘bajito’, fue una aventura digna de una novela que atravesara el siglo XX.
El asilo en el que vivía desde 2007 y la funeraria M.J. Colucci & Son confirmaron la muerte de Salustiano en la madrugada del sábado, apenas dos meses después de que fuera reconocido por el Grupo de Investigación Gerontológica y el Guinness World Records como el hombre con más edad del mundo.
Haciendo honor a su nombre, Sánchez Blázquez achacó entonces su longevidad a la ingesta diaria de un plátano y seis tabletas de analgésicos con las que aplacaba sus dolores. Su hija Irene, de 69 años, tenía otra tesis: «vivió tanto por ser un hombre independiente y terco». Activo y lúcido hasta sus últimos días, Salustiano cuidaba el jardín, hacía crucigramas y jugaba a las cartas con los amigos.
Un talento para la dulzaina que tocó de crío en bodas y bautizos, con solo 17 años el hijo de Serafín y Baldomera cruzó el Atlántico. Dejó atrás la sierra salmantina de Béjar para recalar en La Habana con su hermano Pedro y un puñado de mozos de su tierra que perseguían el sueño de los indianos.
Se empleó en los campos de caña de azúcar de Cuba durante apenas dos años, antes de emigrar a Estados Unido. Como cientos de miles de emigrantes, entró al país por la neyorquina isla de Ellis. Cambió la dureza de la zafra por la de la mina, extrayendo carbón a jornal durante años en la ciudad de Lynch, en las montañas de Kentucky.
Sánchez Blázquez contrajo matrimonio con Pearl Chiasera, madre de sus tres hijos y de quien enviudó en 1988. En Gran Island vio crecer su familia.
Con su fallecimiento, Salustiano cede el cetro de la longevidad al italiano Arturo Licata, que es hoy con 111 años el hombre más longevo del mundo. La mujer de más edad es la japonesa Misao Okawa, con 115 años, según el Grupo de Investigación Gerontológica.