TRIBUNALES I CATALUÑA
Dos de los ocho mossos imputados por la reducción de Benítez son sargentos
El resto de los agentes tiene una experiencia media de cinco años en el cuerpo
Dos de los ocho mossos d'esquadra imputados por una jueza de Barcelona por la muerte del empresario Juan Andrés Benítez tras ser reducido a golpes en el barrio del Raval de Barcelona son sargentos, mientras que los seis restantes son agentes con una experiencia media que ronda los cinco años en el cuerpo.
Según fuentes cercanas al caso, de los ocho imputados por este caso, dos de ellos son sargentos, con cierto grado de veteranía, mientras que los otros seis llevan menos años en el cuerpo, alrededor de cinco de media, e incluso uno de ellos ingresó en la policía hace tan sólo dos o tres años.
La juez que investiga la muerte del empresario Juan Andrés Benítez ha imputado a estos ocho mossos d'esquadra, que ya han sido apartados del cuerpo, el entender que supuestamente no se limitaron a efectuar maniobras de reducción, sino que le dieron golpes, puñetazos y patadas y luego intentaron destruir pruebas.
Pese a que estén suspendidos de empleo y sueldo, los agentes siguen cobrando su sueldo base, situado en unos 700 euros, aunque pierden el derecho a percibir los complementos mientras se les aplique la medida cautelar.
El Departamento de Interior ha ofrecido un abogado de sus servicios jurídicos a los ocho mossos apartados a raíz de su imputación por la muerte del empresario Juan Andrés Benítez, aunque al menos cuatro de ellos han rechazado ya esa opción y se han buscado un letrado particular.
Según fuentes judiciales, Interior no siempre ha mantenido a los policías encausados por delitos relacionados con el ejercicio de su profesión. El Sindicato de Policía de Cataluña (SPC) también ha puesto a disposición de sus afiliados los servicios de un abogado particular, que están incluidos en la cuota sindical.
Los ocho agentes imputados declararán el próximo 13 de noviembre ante la juez que investiga la muerte de Juan Andrés Benítez, quien cree que los agentes que intervinieron en la detención del empresario no se limitaron a efectuar maniobras de reducción, sino que le dieron golpes, puñetazos y patadas y luego intentaron destruir pruebas.