Diario de León

Licenciados sin billete de vuelta

La mitad de los españoles que dejan el país para buscarse la vida en el extranjero lo hacen para no volver, al menos en los próximos años, ante la falta de oportunidades.

EL 33% de los jovenes emigrantes poseían un trabajo en España.

EL 33% de los jovenes emigrantes poseían un trabajo en España.

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i. jiménez / e.delgado | (efe) madrid

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Los españoles que hacen las maletas para buscarse la vida en otros países cada vez lo hacen más preparados. Muchos tienen un máster y a pocos les falta la carrera universitaria. Además, la mitad de los que se marchan lo hace para no volver, al menos en los próximos cinco años.

Un reciente estudio realizado por el Instituto Elcano, en colaboración con otros centros de investigación europeos, ratifica la tesis: desde 2007, nueve de cada diez emigrantes se van con una carrera universitaria en la maleta.

La mayoría de los titulados españoles que abandona el país lo hace tras recibir una oferta de trabajo, práctica cada vez más habitual, ya que en el extranjero se valoran su «formación, predisposición y motivación», como ha señalado el experto Francisco J. Vanaclocha, catedrático de Ciencia Política y director del Instituto de Política y Gobernanza (Ipolgob) de la Universidad Carlos III de Madrid.

La totalidad del informe aún no ha sido divulgada, aunque el Real Instituto Elcano, encargado de realizar la encuesta a 1.182 emigrantes españoles, también ha avanzado otros datos de las respuestas españolas, como que un 33% de estos emigrantes poseían ya un trabajo en España pero que, sin embargo, por su bajo salario o por no poseer posibilidades de mejorar profesionalmente, decidieron probar mejor suerte en el extranjero.

Nacho, un diseñador gráfico de 23 años de Barcelona, es uno de los jóvenes en esta situación: trabajaba de becario cobrando «muy poquito» y le ofrecieron irse a vivir a Londres para trabajar en una gran firma con un contrato indefinido y unas condiciones laborales excelentes.

Infravalorados

«Mi trabajo es una labor creativa, y en España no se valora este tipo de trabajos, por desgracia... Aquí he sentido por primera vez que se valora lo que hago y se me ha remunerado de manera digna», asegura Nacho, que también considera que el problema español radica en que «se ve al empleado como un gasto, y no como una inversión». La predisposición para no regresar al país en el corto plazo representa un incentivo para las empresas extranjeras a la hora de contratar a españoles porque, en la línea de lo que indica Nacho, «así las empresas pueden invertir en la formación complementaria del empleado», explica el profesor Vanaclocha.

Sobre qué es lo que más y menos gusta del país de origen, Carmen González, investigadora principal del Real Instituto Elcano, ha adelantado que las quejas más frecuentes de los españoles son la situación política, la corrupción y el menor peso de la meritocracia. «La encuesta refleja una sensación de que el país no ofrece las posibilidades que buscan», concluye.

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