Extremadura y Cataluña rechazan la reforma del aborto de Gallardón

El debate sobre el aborto está provocando un tráfico de alianzas más que curioso. Unas relaciones puntuales y estratégicas que confluyen en mostrar su rechazo a los planes de Alberto Ruiz-Gallardón de modificar la ley del aborto de 2010. En este ir y venir de intereses destaca Izquierda Unida, capaz de votar a la vez una proposición del Partido Popular y otra del PSOE en la Asamblea de Extremadura. Eso es lo que sucedió ayer, cuando los compañeros de partido del ministro de Justicia sacaron adelante su propuesta en la que instan al Gobierno central a abandonar el proyecto y «buscar el consenso» con el resto de los partidos.

Esta propuesta de pronunciamiento popular obtuvo 35 votos a favor, 28 en contra y 2 en blanco e instaba a Ruiz-Gallardón a «abrir un proceso de diálogo y debate con otras fuerzas políticas que conduzca a una regulación de la interrupción voluntaria del embarazo más consensuada y acorde con la sociedad actual y en consonancia con las legislaciones de los países de nuestro entorno sobre la materia, no avanzando en la tramitación del anteproyecto de ley».

Un acuerdo, según explicó la diputada Rosa Romero, que no se debe caer en «errores del pasado», como la aprobación «sin consenso» de la ley de 2010. Este punto en concreto fue el que impidió que los dos partidos mayoritarios estuvieran de acuerdo. Izquierda Unida fue la que ha permitido que la Asamblea regional saque adelante los dos textos. La coalición, que permite que José Antonio Monago gobierne en la comunidad, apoyó los dos textos pero con muchos matices.

Mientras el juego político terminaba en Mérida, una segunda parte comenzaba en Barcelona. El Parlamento de Cataluña instó ayer al Gobierno central a retirar el anteproyecto de ley del aborto. La moción salió adelante con el apoyo de Convergència, ERC, PSC, ICV y CUP. Unió y el PP se opusieron y Ciutadans se abstuvo. Como en la resolución en el Congreso de los Diputados, CiU dio libertad de sufragio a sus diputados.