Estimado buey Pezuñas:

Siento interrumpir su eterno descanso, pero tengo una pregunta que hacerle en un tema en el que usted es máxima autoridad. Teniendo a un sabio cerca para qué recurrir a un ducho. Antes, claro, decirle que lamento su trágico final. Un día eres el Rocky de los bueyes y al otro te están masticando a dos carrillos. A los humanos nos pasa un poco lo mismo. Pesó 1.238 kilos en canal. El más grande. Un Musac de carne y cuerno, pirámide y faraón, Enrique VIII bovino, Cassius Clay de las proteínas. Como portero de discoteca no le hubiese faltado trabajo, pero prefirió el gremio de la hostelería, pese a saber que terminaría convertido en menú. Eso es vocación.

Le informo de que El Capricho va a democratizar los precios, llamémoslo así, para que podamos hincarle todos el diente, unos al capitalista chuletón y otros a la proletaria chuletilla. Gracias, compañeros.

Cómo habrá ya deducido soy más carne que de pescado. Y aquí va mi pregunta, disculpe si le pongo en aprieto: ¿Se pediría a sí mismo muy hecho, poco hecho o en su punto? Y si no es abusar, en la guarnición ¿patatas o verdurinas?

A la espera de morderle algo