Estimado Julio Iglesias:

Siento amargarle su chapuzón en Miami, le escribo para informarle de que su ex manager Alfredo Fraile ha escrito un libro de recuerdos. Asegura en sus páginas que todo aquello de que usted se había acostado con 3.000 mujeres fue una «operación de marketing» para venderlo como latin lover. A mi autoestima no le salían las cuentas: si 2.000 las conquistó con su perfil bueno y 500 con el malo, entonces, al resto ¿las sedujo de espaldas? Tales cifras banalizaron su imagen, el amor no se contabiliza con muescas. A veces, menos es más, incluso puede serlo todo.

Fraile cree que a usted el libro no le parecerá mal, pese a que en él le califica de egoísta, infiel, tacaño, cruel, mal padre... en fin, más marketing. A Sinatra no se lo hacía. Ni a Perales, que los buenines cuando se enfadan son tremendos.

Hágame caso, cuando le pregunten si lo ha leído contesté con evasivas como «es que aún no he terminado Lo que el viento se llevó », aunque lo empezase el año en que ganó el Festival de Benidorm. Ya lo decía mi tío el contable: cría cuervos y tendrás más. En eso, don Julio, también la vida sigue igual.

¡Hey!