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No sólo de pan
El jurado del segundo concurso nacional de torrijas premia las propuestas culinarias de Gonzalo Calzadilla, Jesús Prieto y Mercedes Valderrey
La torrija más innovadora es la de Gonzalo Calzadilla, del restautante Coceco, de Fuenlabrada, Madrid. La mejor propuesta dentro de la categoría de torrijas saladas es la que cocinó la leonesa Mercedes Valderrey, del restaurante La Jouja; y la mejor de las tradicionales es la que sale de los fogones maragatos de Jesús Prieto, del restaurante Serrano de Astorga. Así lo decidieron anoche los miembros del jurado del segundo concurso nacional de torrijas que este año ha contado con 42 participantes, 19 más que el año pasado.
En los fogones instalados para la ocasión en el Palacio de Gaviria, sede del Colegio de Arquitectos, se degustaron 80 torrijas «con un alto nivel y que han superado las expectativas», aseguró el chef leonés José Antonio Celada.
El madrileño Gonzalo Calzadilla, de 28 años, ha utilizado metilcelulosa para rebozar la torrija rellena de crema de huevo, leche, bollo francés y caramelizada y rebozada con cola de gelatina.
Jesús Prieto, del restaurante Serrano de Astorga, ha empleado la miga prieta del pan de hogaza para su torrija tradicional. «El secreto es hacer una buena infusión de leche, canela y naranja y evitar que se quede aceitosa cuando se fríe».
Mercedes Valderrey, de la Jouja, triunfó con su receta salada. «Hemos hecho una torrija gazpacho, un sorbete de limonada y una lámina de ajo negro y sal de vino tinto y Prieto Picudo. «El secreto son unos buenos ingredientes».