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Gonzalo González-Cayón expone estos días en el Restaurante Condeso una muestra de más de 225 vinilos con música de la Semana Santa.

Gonzalo González-Cayón ante la muestra de discos de la Semana Santa que expone estos días el restaurante.

Gonzalo González-Cayón ante la muestra de discos de la Semana Santa que expone estos días el restaurante.

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Se puso a coleccionar de todo lo que encontró referente a la Semana Santa desde que tenía 14 años. Y estos días, en el Restaurante Condeso, descubre una parte de sus tesoros. 225 discos de vinilo que ha ido recopilando en todos estos años. Gonzalo Cayón, estudioso, papón, pregonero y otros calificativos miles, guarda toda una vida dedicada a la Semana Santa.

«Tengo 12.000 carteles, botellas de vino, 500 negativos..» Todo ello lo guarda en dos pisos y una finca. Y en el alma de una celebración que le parece única. «Desde hace cien años, la música guarda una parte muy importante de la Semana Santa y la industria de la discografía nunca ha sido ajena a esta cuestión».

Teniente de Primicerio de la Muy Ilustre, Real e Imperial Cofradía del Milagroso Pendón de San Isidoro, Gonzalo Cayón, ahora recopila discos que incardina «entre los años 40 y los años 80, que fueron los de la época de esplendor del vinilo». Las carátulas de los discos que se pueden apreciar en la exposición «también son verdaderas obras de arte y de diseño».

Ya en el año 2002 organizó una exposición fotográfica con fondos propios de la Semana Santa en la Diputación Provincial. La misma muestra se fue después a la Casa de las Conchas de Salamanca, al Conde Duque de Madrid, al Museo de las Murallas en Ceuta y a Medellín en Colombia. «Es una exposición que siempre digo que estuvo en tres continentes, en Europa, en África y en América».

«Tengo una serie de fotos de los años 20 sobre la Semana Santa que me regaló un amigo porque se iba a deshacer de ellas», relata. Interviú le dedicó un amplio reportaje en su día sobre todas las reliquias de la Pasión que se guardan en su patrimonio. «Fue una locura. Me pidieron permiso para dar mi teléfono a otros medios y tuve unas catorce o quince llamadas de periódicos nacionales al día siguiente».

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