GENTE DE AQUÍ
La huerta se hace maestra
El Ceip Quevedo cultiva cuatro minihuertos de aula como herramienta de aprendizaje y fomento de hábitos saludables con la ayuda de dos familias
Ricardo Dávila es agricultor ecológico y Carlos Sánchez Mallo, Pope , carpintero. Ambos son padres del Colegio de Educación Infantil y Primaria Quevedo de León y han sumado conocimientos y habilidades para hacer realidad el sueño de que niños y niñas aprendan cuidando y viendo crecer un huerto. «Pequeñas cosas pueden hacer pequeñas revoluciones», afirma Julia Ruth Gallego, una de las madres involucradas.
La llegada de los bancales al aula fue un acontecimiento. «Al principio los miraban con lupa para ver si crecían las semillas», comenta la maestra Andrea Ovejero. El cemento hacía inviable cultivar un huerto en el patio, así que Pope diseñó y realizó cuatro bancales de madera a la altura del alumnado. Y Ricardo puso las semillas de zanahoria, dos lechugas, un poco de perejil, albahaca y unas plantas de tomate y pimientos. La entrada de la huerta en clase cultiva la responsabilidad —se turnan para regar—, el aprendizaje de todas las materias y de modo especial de Science en este colegio bilingüe —el fototropismo de las plantas se ve día a día— y hábitos de vida saludable. «Aprenden que los alimentos vienen de las plantas», apuntan director, Federico Gil, y jefe de estudios, Pablo Tejerina. La huerta refleja a pequeña escala el ciclo anual de la naturaleza «y genera vínculos afectivos en la comunidad educativa enriquecedores», añade la madre. Ya le gustaría al colegio hallar igual colaboración de la administración para arreglar y cubrir el patio de infantil, que tan necesitado está.