FRAUDE Y ESTAFA
Cae una banda que falsificaba tarjetas del transporte público de Barcelona
El grupo vendía a bajo precio T-10, T50/30 y abonos mensuales falsificados
Los Mossos d'Esquadra han desarticulado a un grupo que se dedicaba a falsificar tarjetas de transporte público de Barcelona, en una operación en la que han sido detenidas cuatro personas a las que se acusa de pertenencia a grupo criminal, falsificación y estafa.
Los detenidos hacían las falsificaciones en un taller situado en un piso de Esplugues de Llobregat y los títulos de transporte falso de la Autoritat del Transport Metropolità (ATM) del área de Barcelona, con los que habían obtenido casi 59.000 euros, los vendían a un precio inferior al oficial.
Fuentes de los Mossos han informado de que la investigación se inició al detectarse el pasado noviembre un aumento significativo de usuarios de la red de transporte metropolitana que utilizaba títulos de transporte falsificados de todo tipo, T10, T50/30, Tmes, y TJove, que permitían transitar por todas las zonas de la red de transporte público metropolitano.
La falsificación era de alta calidad y difícil de detectar, y fueron los interventores de TMB de los controles del interior de las instalaciones del metro los que detectaron el fraude. Desde los Mossos se ha indicado que en la investigación se descubrió que la mayoría de los usuarios denunciados por viajar con un billete falso desconocían que lo fuera, y que habían sido víctimas de una estafa.
Familiar que trabajaba en el Metro
También han explicado que para vender las tarjetas falsas la persona que las ofrecía decía que las conseguía a buen precio porque tenía un familiar trabajando en el Metro, o en el Trambaix, y que se trataba de títulos auténticos de procedencia lícita, y todas las ventas se llevaban a cabo a través de conocidos y vecinos de determinados barrios de Barcelona.
Tras varios registros en Barcelona, Sant Boi de Llobregat, y Esplugues de Llobregat, se localizó en esta última población el taller en el que se fabricaban las tarjetas, que estaba perfectamente equipado con impresoras de alta calidad, lectores y grabadores de banda magnética, ordenadores y escáner, entre otro material.
Tres de los detenidos pertenecían al grupo de los falsificadores y la cuarta persona se encargaba de colocar los títulos de transporte en Barcelona, Vilanova del Camí y en el Campus Universitario de Bellaterra.