Diario de León

Bebidas y sonrisas en el Carlos III

La auxiliar de enfermería Teresa Romero explica a su marido, Javier Limón, que volvería a presentarse de nuevo voluntaria para atender un caso de ébola.

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Daniel Roldán | Madrid
León

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Teresa Mesa, por fin, sonrió. En la puerta del Instituto de Salud Carlos III, en esa sala de prensa improvisada en que se ha convertido la acera de la madrileña calle Sinesio Delgado, la portavoz del matrimonio ingresado en las plantas más altas del centro. Había podido hablar con Javier Limón y comprobó que su amigo se encontraba en perfectas condiciones, asintomático y afebril. En las mismas condiciones están los trece sanitarios y la señora de la limpieza del hospital de Alcorcón que comparten ‘encierro’ en el hospital Carlos III. Con este diagnóstico, se reducen al máximo las probabilidades de que en las próximas jornadas desarrollen la enfermedad del ébola.

Sobre el estado de salud de la auxiliar gallega, el comité científico se limitó a señalar que se «mantiene estable, dentro de su estado clínico grave». El grado de optimismo sobre el estado de salud lo puso la portavoz. Mesa aseguró que su amiga estaba «animada», incluso se había levantado para estirar un poco las piernas por la habitación y había charlado con sus compañeros de trabajo. «De momento va todo de maravilla. Llegar hasta aquí ya es un triunfo porque han pasado los días más críticos», comentó la portavoz, quien tampoco se quiso olvidar de los otros problemas que arrastra Teresa. Fuentes sanitarias destacaron que los pulmones, concretamente el izquierdo, son los órganos más perjudicados por la acción del ébola. El otro motivo de preocupación es la carga vírica, que fluctúa en demasía: unas veces hay picos demasiado altos y, otras, muy bajos.

Una charla telefónica

La portavoz también comentó que la pareja ha podido hablar por primera vez en casi una semana. Mesa asistió a la charla. Duró diez minutos y fue por teléfono, ya que es imposible que Limón esté en contacto con Romero. Además de decirse las «cosas propias de una pareja que no se ve desde hace tiempo», se pusieron al día. Limón, muy emocionado, por hablar con su mujer, no le quiso contar quizás lo más importante para Teresa: la muerte de ‘Excalibur’, su mascota. Esquivó la cuestión con un lacónico «no te preocupes por estas cosas». La portavoz indicó que su marido pudo comprobar la «fortaleza» y el buen ánimo de Romero, quien le comentó que «cada vez está más cerca el momento de salir del túnel».

Además, la auxiliar de enfermería no dudaría en repetir sus acciones, a pesar que las consecuencias le pueden costar la vida. Se volvería a presentar voluntaria para intentar salvar la vida a otros enfermos de ébola, como hizo con los misioneros Miguel Pajares y Manuel García Viejo. «Claro que sí. Ahora además tengo los antivirus. No pasa nada», recalcó Teresa a través de su vocera

Mesa también confesó que a pesar del buen ánimo de su conocida y de las ganas que tiene de comunicarse con los demás, ésta todavía tiene lagunas y un poco aturdida por la medicación que está recibiendo.

El director del Instituto de Salud Carlos III, Antonio Andreu, informó al comité científico que asiste al Gobierno que los nuevos cursos de formación sanitaria para el ébola comenzaron ayer por la tarde en la Escuela Nacional de Salud. Este protocolo comenzó con los profesionales que han atendido a los pacientes de esta pandemia, conocimientos que luego se trasladaran a todos los sanitarios de España a través de los centros de referencia.

Por otra parte, el presidente del sindicato CSI-F, Miguel Borra, aseveró ayer que los medios materiales y protocolos del Ministerio de Sanidad para afrontar el ébola son «insuficientes».

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