La UE tendrá un coordinador pero elude concretar la ayuda económica

Los ministros de Exteriores de la UE abogaron ayer por las grandes palabras, por el discurso, por advertir de que la crisis del ébola es una «seria amenaza para la paz y la seguridad internacional» y que por ello, además de por la pérdida de más de 4.500 vidas en África, hay que remangarse y ponerse manos a la obra para atajar una crisis de dimensiones globales. Toda una declaración de intenciones ‘made in’ Bruselas que en la práctica, sin embargo, se traduce en la voluntad de nombrar un coordinador especial a nivel comunitario -una Soraya Sáenz de Santamaría europea- y en la petición de mejorar el protocolo de actuación en caso de posibles repatriaciones de personas afectadas, sobre todo sanitarios. De las nuevas cantidades de dinero que se pretenden destinar, nada de nada en las seis páginas de las conclusiones.

Y eso que el consejo de Exteriores de la UE, celebrado de forma extraordinaria en Luxemburgo, llegaba con la propuesta británica de destinar mil millones para combatir el ébola sobre el terreno, en Liberia, Sierra Leona y Guinea. Europa, de momento, sólo ha destinado 500. ¿Habrá más? Todos siguen mirándose los unos a los otros a la espera de que a finales de semana, los jefes de Estado y de gobierno acuerden en Bruselas alguna cifra que pueda ser anunciada a bombo y platillo.

Otra de las ideas que está sobre la mesa y que ha sido propuesta por Alemania es la creación de una misión de ‘cascos blancos’ que pueda estar operativa para ser enviada en cualquier momento a África. Un proyecto que España ve con buenos ojos, como aseguró el ministro del ramo, José Manuel García Margallo. Preguntado sobre la aportación española, eludió concretarla pero sí aseguró que «no vamos a regatear esfuerzos». «Lo más importante es combatir la epidemia en los países de origen, que necesitan ayuda desesperada de la comunidad internacional», recalcó. Lo hizo tras recordar que España ofrecerá el uso de sus aeropuertos en los casos en que sea necesario.