Cada año se diagnostican 4.500 casos de diabetes en niños y adolescentes
Los nuevos tratamientos y un control adecuado pueden evitar las complicaciones.
Cada año 4.500 niños y adolescentes son diagnosticados de diabetes tipo 1 en España, una enfermedad con riesgo de complicaciones que se pueden evitar con un adecuado control y gracias a nuevos tratamientos como las bombas de insulina, que permiten alargar un año la vida de los pacientes. Ayer se celebró el Día Mundial de la Diabetes, que en España afecta al 13,8% de la población mayor de 18 años, es decir, a unos cinco millones.
Entre los niños, la más frecuente es la diabetes tipo 1, cuyo origen está en factores genéticos, aunque también existen desencadenantes como la obesidad o la falta de ejercicio físico. «Son niños que van a vivir muchos años y el riesgo de complicaciones es muy alto, pero un buen control de la enfermedad retrasará la aparición de estas complicaciones», explicó en rueda de prensa Raquel Barrios, de la Unidad de Endocrinología y Diabetes Pediátrica del Hospital Ramón y Cajal de Madrid.
En este sentido, uno de los avances tecnológicos que permiten mejorar la calidad de vida de los enfermos, especialmente de los niños, y que incluso aumenta sus años de vida, son las bombas de insulina, que permiten un mejor control metabólico. Sin embargo, a pesar de los beneficios de este tratamiento, menos de un 5% de los pacientes lo utilizan debido a los costes iniciales y las necesidades estructurales de su implantación.
Otro de los avances son los sistemas de medición continua de glucosa intersticial, que permiten conocer cuál es el impacto de la comida, el ejercicio o el estrés en el paciente y conocer cómo funciona su insulina a lo largo del día, reduciendo así los riesgos de hipoglucemia o hiperglucemia, sobre todo en los niños.
Los sistemas de medición permiten tener información constante de los niveles y, si están conectados a una bomba de insulina, se pueden reducir los riesgos de hipoglucemia o hiperglucemia.
El presidente de la SED, Edelmiro Menéndez, ha explicado cuáles son los signos de alarma. En niños están relacionados con la sed, orinar con mucha frecuencia, el cansancio o un descenso de peso, mientras que en adultos los síntomas son diversos, por lo que ha apostado por los controles periódicos en personas obesas e hipertensas y, en el caso de las mujeres, si han padecido diabetes gestacional.