Estimado Carlos Núñez:

Qué bien sonó el himno de León tocado por usted, que es gallego. Captó su verdad. Nos contó desde el escenario, en la presentación de Abanca, que daría un concierto en Escocia. Habrá quien le advierta que es ofrecer hielo a los esquimales. No haga caso, toda la música proviene en su origen remoto de un riachuelo o de un trinar, lo importante es el camino y su impregnación. Todos somos algo celtas, cortos o largos, incluso los que no fumamos. Lo interpretó maravillosamente con su flauta. Como también el «Leonesa, leonesa ¿no eras tú la que decías?», que es la que le canto a mi mujer cuando me regaña por dejarme encendida una luz. Por cierto, de chaval vi en Alicante una película de Drácula y en las primeras imágenes aparecía un bosque con niebla y sonaba música de mordisco inminente. Detrás escuché a una señora preguntarle a su marido: «¿dónde es eso?». Y él contestó: «No lo sé, rapaciña, ha de ser Londres porque suena una gaita gallega». Gracias por captar tan bien lo que tiene de universal lo nuestro.

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