Los obispos «extirparán» a los curas pederastas

«Si hay un grupo de sacerdotes que es pernicioso, se dilucidan las responsabilidades y se extirpa porque no se puede vivir la existencia sacerdotal de esa manera». En estos términos se expresó ayer José María Gil Tamayo, portavoz y secretario general de la Conferencia Episcopal Española, respecto al caso de abusos a menores por parte de un grupo de sacerdotes de la diócesis de Granada. Sin embargo, Gil Tamayo evitó pronunciarse sobre posibles consecuencias, ya que, según sus palabras, «la Conferencia Episcopal no es un órgano jurisdiccional y establecer responsabilidades es competencia exclusiva de la Santa Sede y la diócesis de Granada».

Después de la Asamblea Plenaria, Gil Tamayo pidió perdón a las posibles víctimas del caso porque «son lo primero» y recordó la doctrina de la Iglesia de «tolerancia cero» contra este tipo de delitos.