INTERVENCIÓN EN MILÁN
El Papa pide renunciar a la autonomía de los mercados y atajar la desigualdad
Francisco considera que la guía de cualquier política económica debe ser "la dignidad de la persona y el bien común"
El papa Francisco instó este sábado a "renunciar a la autonomía absoluta de los mercados y de la especulación financiera" y a actuar sobre las causas estructurales que generan desigualdad social en el mundo actual. "Si queremos resolver verdaderamente los problemas, habrá que atajar la raíz de todos los males que es la desigualdad. Para lograr esto hay (...) que renunciar a la autonomía absoluta de los mercados y de la especulación financiera y actuar ante todo sobre las causas estructurales de la iniquidad", afirmó el pontífice.
En un mensaje de vídeo para 500 expertos internacionales que participaron en Milán en un acto convocado por el Gobierno italiano con motivo de la Expo2015, que se celebrará a partir de mayo en esa ciudad, Francisco condenó la "economía de la exclusión y de la iniquidad" que "mata".
Lamentó que no sea noticia el hecho de que muera un anciano "congelado por vivir en la calle", pero sí diferentes cuestiones financieras. "Deseo repetirles lo que escribí en la 'Evangelii Gaudium': No a una economía de la exclusión y la iniquidad. Esa economía mata. No es posible que no aparezca en los titulares que un anciano muere congelado por vivir en la calle y sí una bajada de dos puntos en bolsa", denunció el pontífice argentino.
CONTRA LA LEY DE LA COMPETITIVDAD
El papa Francisco recordó que la culpa de que exista en el mundo desigualdad es de "la ley de competitividad, gracias a la cual el más fuerte controla al más débil". "No estamos solo enfrentándonos a la lógica de la explotación, sino también a la de la marginación. De hecho, los excluidos no sólo están marginados y explotados, sino que además son vistos como los residuos, las sobras", alertó.
También formuló preguntas a los asistentes sobre las características que debe tener "una sana política económica" o cuáles son los pilares fundamentales que han de guiar a los que gestionan las administraciones públicas, cuestiones a las que respondió con esta frase: "Dignidad de la persona y bien común". "Por desgracia, estos dos pilares que deben guiar la política económica a menudo parecen ser apéndices adjuntos para completar un discurso político sin perspectivas o programas de verdadero desarrollo integral", indicó. El papa Francisco recordó el mensaje que ofreció en la misa al comienzo de su "ministerio como obispo de Roma" en el que pidió a "los que ocupan puestos de responsabilidad en el ámbito económico, político o social" que no dejen "que los signos de destrucción y de muerte" invadan la existencia del ser humano.