Una nueva educación sin asignaturas, exámenes ni horarios, la de 2020
Los colegios de jesuitas de Cataluña implantan un modelo con 60 alumnos y tres profesores que trabajan en grupos.
No hay pupitres, ni asignaturas, ni clases magistrales, ni deberes. Tampoco horarios ni calificaciones. Es la nueva escuela, la del siglo XXI: espacios amplios, luminosos y coloridos, con gradas e incluso sofás; todo dispuesto para trabajar en grupos sobre un proyecto conjunto y ayudados de las nuevas tecnologías. Éste es el nuevo método educativo que están implantando los jesuitas en sus colegios de Barcelona bajo el nombre Horizonte 2020, un proyecto que se empezó a gestar en el año 2009. En aquel año unos 200 directivos de su red de escuelas comenzaron a analizar la situación de la educación, hacer un diagnóstico y plantearse la necesidad de una transformación del proceso de enseñanza y aprendizaje que responda a los cambios vertiginosos que está viviendo la sociedad.
José Menéndez, subdirector de Jesuïtes Educació, la red de escuelas de la Compañía de Jesús en Cataluña, explica que «es insostenible» seguir con la actual organización del currículo, con la estructura de clasificación del alumnado, con la distribución horaria y con la indefinición de modelos pedagógicos que no presentan «una alternativa eficiente al mediocre objetivo de retener a los alumnos en clase». Sostiene que no lo han hecho por falta de matrículas en sus colegios, ni por malos resultados, sino porque se dieron cuenta de que quizá no estaban «influyendo en el proyecto vital de los alumnos», en el reto de formarles no solo en los conocimientos, sino también en la «lucha por conseguir el equilibrio y la equidad»
Para trabajar en esta «apuesta profunda para transformarlo todo» implicaron a 1.100 alumnos, 1.500 educadores, a familias, empresas, políticos, Iglesia...
El cambio se puso en marcha en septiembre en tres de sus ocho colegios de Cataluña y en una etapa que consideran «estratégica»: 5.º de Primaria y 1.º de ESO. Comenzaron derribando los muros para transformar las aulas en ágoras. Ya no hay dos clases de 30 alumnos cada una, sino una de 60, pero mucho más amplia y con tres profesores. Ellos son los que acompañan a los alumnos a lo largo de todo el día.