Médicos sudafricanos realizan con éxito el primer trasplante de pene del mundo
El paciente, un joven operado en diciembre, fue amputado durante una ceremonia tribal.
Un brazo amputado conectado a una pierna. Parece ciencia ficción, pero Pedro Cavedes y su equipo consiguieron hace once años mantener viva una extremidad superior gracias a las venas y las arterias de una de las extremidades inferiores de un paciente. Así estuvo el brazo nueve días, hasta que se recuperó y volvió a su sitio. Después llegaría el doble trasplante de manos y antebrazos a Alba Lucía, una reimplantación a un bebé, el octavo trasplante de cara o el primer trasplante simultáneo y bilateral de piernas en el mundo. El año pasado, los médicos del madrileño hospital de La Paz colocaron dos brazos a un amputado.
Los trasplantes llegaron a orejas, pies y se especuló la semana pasada con cabezas. Pero ayer, un equipo de la Universidad de Stellenbosch y el hospital Tygerberg de Ciudad del Cabo (Sudáfrica) anunciaban que habían dado un paso más en la magia de estos puzles humanos. Habían logrado trasplantar con éxito un pene. No era la primera vez que los médicos buscaban esta operación. En 2006, un equipo médico chino realizó la cirugía con éxito, pero el postoperatorio fue un drama. El paciente sufrió problemas psicológicos y el miembro tuvo que ser extirpado
En 2010, los médicos sudafricanos se plantearon superar a sus colegas asiáticos azuzados por el éxito y por un problema social. Los xhosa, una de las etnias más numerosa del país arcoíris -unos ocho millones de personas-, tienen la costumbre de celebrar la llegada a la mayoría de edad de sus hombres realizando una circuncisión. «Una prueba de coraje, de estoicismo», señalaba el difunto presidente Nelson Mandela en sus memorias. Esta práctica provoca, al año, 250 amputaciones; y entre 2008 y 2013, se han contabilizado 486 muertes por culpa de infecciones o gangrenas.
«Para un joven de 18 o 19 años, la pérdida de su pene puede ser muy dramática», explico el doctor Andre van der Merwe, jefe del servicio de Urología.
En este programa están diez jóvenes, aunque el principal problema ha sido encontrar a un donante adecuado. La espera terminó cuando una persona decidió donar su cuerpo a la ciencia y se comprobó que cumplía con todos los parámetros para la operación.
El primer joven -cuya identidad no se ha querido facilitar- fue operado el pasado 11 de diciembre. La intervención duró más de nueve horas y se usaron una cirugía microscópica -usada, entre otras, en la técnica para el trasplante de cara- para conectar los pequeños vasos sanguíneos y los nervios.
El anuncio no se realizó hasta pasados tres meses para comprobar que las funciones urinarias y reproductivas estaban recuperadas; y, sobre todo, que el paciente no tuviera el mismo rechazo psicológico que sufrió hace ocho años el paciente asiático.