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ataque de un menor en un instituto

El alumno que asesinó a un profesor en Barcelona sufrió «un brote psicótico»

El menor de 13 años queda al cuidado de sus padres después de matar al educador.

Miembros de los servicios funerarios retiran el cadáver del profesor.

Publicado por
CRISTIAN REINO | BARCELONA
León

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El instituto Joan Fuster de Barcelona nunca olvidará el 20 de abril de 2015. Situado en el barrio de Navas, del popular distrito de Sant Andreu, el Joan Fuster sufrió en sus propias carnes uno de esos sucesos que parece que solo ocurren en Estados Unidos. Max, un menor de 13 años y estudiante de 2º de la ESO, irrumpió de manera violenta en el centro educativo provisto de una ballesta pequeña y un arma blanca, y acabó con la vida de un profesor del centro e hirió de forma leve a otras cuatro personas. Horas después, nadie podía explicarse qué se le pasó por la cabeza al presunto agresor para cometer semejante barbaridad, aunque la Consejería de Educación apuntó como posible causa un brote psicótico.

Según relataron alumnos y profesores del centro, el chico llegó una hora tarde. Sobre las 9.20, se dirigió a su clase, en 2ºB de la ESO en la que en esos momentos se impartía la asignatura de castellano. Con sangre fría, abrió la puerta, dio los buenos días y atacó a la profesora con la ballesta. En un principio, se barajó que la habría disparado, aunque también se especuló con que habría utilizado el arma para pinchar a la docente en la cabeza y en la pierna. La mujer quedó herida. Su hija, presente en el aula, se levantó para ayudarla y también sufrió la ira del presunto agresor. Ambas, madre e hija, fueron trasladadas a un centro hospitalario y no se temía por sus vidas. Tras sembrar el pánico entre sus compañeros de clase, les dijo, según el testimonio de un alumno: «Tranquilos, que no me interesáis».

Acto seguido, salió al pasillo, donde se puso a dar golpes.

El ruido puso en alerta a Abel Martínez, profesor sustituto de sociales, que salió de su clase para ver qué pasaba. Sin mediar palabra, el presunto agresor le atacó con la ballesta y le mató con un arma blanca, con una puñalada entre el pecho y el abdomen. Abel Martínez, de 35 años y natural de Lérida, apenas llevaba una semana en el instituto.

Alumnos y profesores relataron escenas dantescas: «Salí a poner orden, vi al profesor que venía y de repente cayó al suelo; detrás de él estaba el chico con una ballesta en la mano y una cara de loco, mirando al frente», describió Nuria López, profesora. Una tercera docente y otro alumno también sufrieron heridas de tipo leve. Ante el temor de que el chico continuara con su macabro propósito, los profesores confinaron al resto del alumnado en sus clases. Hasta que el profesor de educación física logró reducir al chico y puede que evitara una masacre, ya que en esos momentos estaba preparando un cóctel molotov.

«Oigo voces»

«Oigo voces, quiero acabar con todas las voces», habría dicho el menor, en los momentos de desesperación. El profesor se quedó con él calmándole hasta que llegaron los Mossos d’Esquadra. Mientras tanto, la dirección activó la alarma y el alumnado salió al patio. «Creíamos que era un simulacro de incendio», señalaron los chicos. Poco a poco, fueron saliendo del centro, salvo la clase de 2ºB de la ESO, que permaneció en el instituto hasta la llegada de los agentes para dar testimonio de los hechos. El presunto agresor, al que también interrogaron ‘in situ’, fue custodiado por la policía catalana, pero no detenido, ya que al tener 13 años es inimputable de un delito.

En compañía de sus padres, una enfermera y un trabajador social, el chico fue ingresado en el hospital Sant Joan de Déu, de Barcelona, donde fue sometido a una exploración psiquiátrica. La consejera de Educación, Irene Rigau, apuntó que el menor podría padecer un trastorno mental, en concreto un «brote psicótico», que le habría llevado a actuar de manera violenta. A la espera del dictamen del médico forense, Rigau señaló que el «comportamiento patológico» fue lo que le hizo actuar de esta forma. Eso sí, descartó que el presunto agresor tenga ningún expediente abierto por mala conducta o faltas y descartó también que haya sufrido ‘bulling’.

El instituto, dijo además, desconocía que pudiera tener esta enfermedad. «Participaba en la vida ordinaria del centro», dijo la consejera. De hecho, apuntó que hace un mes, toda la clase se fue a la nieve y «no hubo ningún problema».

Al ser menor de 14 años, no pasará a disposición de la Fiscalía de Menores, sino que quedará a disposición de la dirección general de atención a la infancia, según confirmó Rigau.

«Han sucedido unos hechos muy graves», dijo la directora. «Son momentos de mucho dolor, pedimos el máximo respeto», añadió. La responsable del centro suspendió las clases hasta el miércoles, mientras el presidente de la Generalitat decretó un día de luto oficial. «Es un día de luto para la escuela catalana y para el país», resumió Rigau.