De Portilla hacia México

Portilla de la Reina cuenta desde ayer con la Fundación Nemesio Díez Riega y su museo, que inauguró su hijo Valentín Díez Morodo en compañía de la embajadora de México en España, Roberta Lajous, y el presidente de la Junta Vecinal, Fernando Domínguez. Nemesio Díez fue uno de los creadores del gran grupo empresarial Modelo y de la cerveza Coronita en México. Este nuevo centro cultural, ubicado en el casco urbano de Portilla de la Reina, está presidido por una estatua de tamaño natural de Nemesio Díez. Cuenta con una sala con más de una veintena de murales formados por fotografía donde puede verse la historia de este empresario. «Mientras viva trabajaré, mientras trabaje lo haré como el primer día». Esa es la frase de Nemesio, fallecido en el año 2000, reproducida en una de las paredes de la fundación.

Valentín recordó que su padre había «huído» de Portilla de la Reina con catorce años hacía Lois, y de ahí a México para evitar ser capturado. En el nuevo país se puso a trabajar como almacenista de cereal yendo a la búsqueda de cosechas, por lo que dormía en los almacenes de grano. Posteriormente empezó a dar los primeros pasos en los que sería su amplia y fructífera carrera empresarial en México. La idea que puso en marcha para promocionar la marca de cerveza Coronita fue la contratación del famoso grupo musical Los Dorados. «Se contrato la caravana de espectáculo Corona que permitió llevar por toda la república la promoción de la cerveza Corona», explicó Valentín. La cerveza Corona se registró en España como Coronita. La principal afición de Diez fue su equipo de fútbol, el Toluca, del que fue presidente, y cuyo estadio lleva su nombre. Ha recibido muchos reconocimientos nacionales como la encomienda de la orden de Isabel la Católica que le entregó el Rey Juan Carlos I de España. «Mi padre, como muchos otros españoles, fue a México cargado de sueños y decidió luchar por cumplirlos. Un país extraño pero muy hospitalario», según Valentín, quien puntualizó que tras muchos años de sacrificios y penalidades triunfó en el mundo de los negocios. «Puso muy en alto la bandera del país que le abrió los brazos como un hijo más pero sobre todo la bandera de la patria que lo vio nacer convirtiéndolo en un español muy mexicano», comentó emocionado.

Este homenaje y esta fundación es el fiel reflejo del cariño que Nemesio Diez siempre sintió por el lugar donde nació y al que tuvo presente en cada momento de su vida. «Es a la vez un homenaje a mi madre María Teresa Morodo, por la parte que le corresponde de los logros y reconocimientos de mi padre», concluyó Valentín Díez.