Catalina da a luz a una bebé que ocupa el cuarto lugar en la sucesión a la corona
La nueva miembro de la familia real británica pesó 3,7 kilos y será bautizada en unos meses .
Catalina y Guillermo observan con cariño a su hija.
La familia real británica tiene desde ayer a las nueve y media de la mañana, hora española, un nuevo miembro. Es una niña, el segundo descendiente del príncipe Guillermo y de su mujer la duquesa Catalina, que dio a luz en el hospital St. Mary de Londres, según informó el palacio de Kensington, residencia oficial del matrimonio.
La bebé, cuyo nombre se anunciará más adelante, pesó al nacer 3,7 kilos y es la cuarta en la línea de sucesión a la corona británica. Por delante tiene a su abuelo Carlos de Inglaterra, a su padre Guillermo y a su hermano Jorge, nacido el 22 de julio de 2013, y que ayer mismo conoció a su hermana. La pareja abandonó el hospital con su hija en brazos a las siete de la tarde hora española, menos de diez horas después de que ingresara en el hospital St. Mary, en el centro de la capital inglesa.
Ella y su esposo llegaron al centro hospitalario londinense en coche y se acomodaron en la elitista sección privada, denominada ‘Ala Lindo’, donde la duquesa ya dio a luz al príncipe Jorge. Se fueron del hospital de la misma manera, en un automóvil conducido por Guillermo de Inglaterra.
Catalina, que salió de cuentas la semana pasada, fue atendida en el parto por Guy Thorpe-Beeston, su ginecólogo, y por Alan Farthing, ginecólogo de la reina Isabel II, bisabuela de la bebé. Aunque los duques de Cambridge no quisieron saber antes del parto el sexo del bebé, las casas de apuestas auguraban por mayoría que sería niña, y el propio príncipe Carlos, abuelo de la pequeña, expresó esta preferencia durante una conversación en un acto oficial.
Al conocerse la noticia del nacimiento, empezaron a llegar las felicitaciones, entre ellas la del primer ministro británico, David Cameron, que dijo estar «encantado por ellos», y el viceprimer ministro, Nick Clegg, que les deseó «todo lo mejor».
La noticia del nacimiento fue recibida con vítores a las puertas del hospital St. Mary, lanzados por los monárquicos ingleses que se congregaron en la zona con banderas y otros objetos. Como manda la tradición un pregonero real, que llevaba semanas haciendo guardia, salió de la maternidad para anunciar la buena nueva.
La niña será bautizada en los meses siguientes a su nacimiento según el rito de la Iglesia anglicana, y vestirá una réplica del traje de encaje y satén que usó la hija mayor de la reina Victoria en su bautizo, en 1841. El sacramento se realizará con agua del río Jordán, en el que, según el Nuevo Testamento, fue bautizado Jesús.