Los expertos insisten en la vacunación ante la muerte del niño por difteria
La Generalitat espera que se reflexione sobre la necesidad de inmunizar a toda la población.
Después de un mes luchando por salir adelante, al final el pequeño corazón de Pau ha dicho basta. El niño de seis años de Olot (Gerona) que permanecía ingresado en la UCI desde el pasado mes de mayo, afectado por la difteria, perdió la vida en la madrugada del viernes al sábado. Aunque sus pequeños órganos habían empezado a responder al tratamiento, que las autoridades sanitarias tuvieron que importar desde Rusia, el primer caso diagnosticado de difteria en España en tres décadas no ha podido recuperarse de los daños causados por la enfermedad.
La bacteria de la difteria, que le provocó los primeros síntomas el 24 de mayo, le había causado daños en el corazón, los pulmones y los riñones. Llevaba semanas conectado a varias máquinas. «El niño ha fallecido esta madrugada (por la de ayer) por todas las complicaciones, lesiones y fallos orgánicos ocasionados por la difteria. Estamos a la espera del resultado de una autopsia clínica, que ha sido autorizada por los padres, que nos permitirá mejorar el conocimiento científico en el hipotético caso de que hubiera un nuevo caso», afirmó el consejero catalán de Salud, Boi Ruiz.
La Generalitat desconoce aún el origen del brote de difteria, pero en lo que todos los expertos coinciden es en que si Pau hubiera estado vacunado, no habría caído enfermo. Y es que otras 10 personas de su entorno (ocho de ellos, niños) son portadoras de la bacteria, pero al estar vacunadas no han desarrollado la patología. Dos de ellos ya han sido dados de alta.
La decisión de no vacunar a su hijo perseguirá de por vida a los padres de Pau. Sin embargo, según el consejero catalán de Salud, se puede extraer un aprendizaje útil de cara al futuro. Debe servir, a su juicio, para que surja una «reflexión colectiva» sobre la necesidad de que la población esté vacunada.
Autoridades sanitarias
Digan lo que digan grupos contrarios a la vacunación, los padres tienen que hacer caso de las autoridades sanitarias, que insisten en cumplir los calendarios de vacunación. «Hace falta una conciencia social de que vacunarse no es solo una cuestión individual, sino una responsabilidad colectiva», aseguró el consejero catalán. «Esto no puede volver a pasar. La gente tiene que vacunar a sus hijos. Es muy triste que en un país donde nadie tiene problemas para acceder a la vacunación se produzca un caso como este», afirmó Boi Ruiz. Un asunto de importancia vital, ya que la Organización Mundial de la Salud estima que evitan entre dos y tres millones de muertes cada año. «Tan víctimas son los niños no vacunados como los padres que con informaciones inadecuadas no les vacunan», afirmó Ruiz.