La OMS no está preparada para gestionar crisis sanitarias de carácter global
La Organización Mundial de la Salud (OMS) esperó a que hubiese un millar de muertos para considerar la última gran epidemia de ébola una emergencia sanitaria. Un análisis independiente ha concluido que, visto lo visto, la entidad no está preparada para liderar la salud pública mundial, al menos en lo que respecta a las crisis urgentes. Y le sugiere grandes cambios que le permitan asumir este papel en los próximos años. Cuanto antes, mejor.
«Este comité considera que la OMS no tiene ni la capacidad ni la cultura organizativa para ofrecer una respuesta total a una emergencia de salud pública», asegura el informe, publicado el pasado 7 de julio y coordinado por Barbara Stockings, que fue la máxima responsable de Oxfam entre 2001 y 2013. «Cuando aparezca una emergencia sanitaria, la OMS tiene que tener la capacidad de transformarse para ser capaz de tomar decisiones rápidas, actuar con agilidad y adaptar su reparto de recursos y métodos de trabajo».
Entre las principales críticas de la evaluación, el comité de expertos acusa a la OMS de lentitud en la toma de decisiones, de exceso de cautela y de incapacidad para adaptar su forma de trabajar cuando la situación lo exige.
La directora general de la OMS, Margaret Chan, ya ha reconocido en varias ocasiones que la respuesta de su organización a la crisis del ébola ha estado cargada de defectos.