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Sin manos por la general

El primer coche autónomo que circula por España cruza medio país y abre la puerta a una tecnología que podrá ser habitual en las carreteras españolas desde 2020.

Núñez Feijóo (atrás), en uno de los cuatro vehículos autónomos de PSA Peugeot Citroën.

Publicado por
J. L. Álvarez | MAdrid
León

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Leer el periódico o un libro, consultar los documentos para la firma de un contrato, ver el último partido de la NBA en Internet, jugar a un videojuego o disfrutar de una película. En el plazo de tan sólo cinco años conducir podría no estar reñido con hacer otras cosas. Ayer, Vigo fue el punto de partida del primer coche autónomo que circula en España y que llegó a Madrid sin más novedades.

Este Grand C4 Picasso, uno de los cuatro coches autónomos del grupo PSA Peugeot Citroën, cubrió los 599 kilómetros que separan las factorías de O Porriño y Villaverde, una semana después de que la Dirección General de Tráfico autorizase la circulación experimental de estos vehículos. El primero de los ocupantes fue el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijoó, y el último la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaria.

En este prototipo llaman la atención la cantidad de pantallas y cámaras que lleva en el habitáculo para medir los parámetros. El sistema requiere programar la ruta del viaje en un navegador. Acto seguido, tras poner el coche en marcha el conductor sólo tiene que dejarse llevar. En caso de emergencia o porque así lo desee, el coche puede pasar a modo manual al instante, recuperando el conductor los mandos.

En detalle

Entre otros elementos tecnológicos, el coche incorpora un completo sistema de navegación GPS, así como radares y cámaras de vídeo en los parachoques delantero y trasero. Estos leen los parámetros de la carretera por la que el navegador dirige el coche. El sistema de guiado electrónico se encarga de salvar los obstáculos existentes o, en su caso, detener el vehículo por completo. De esta manera y como se comprobó durante el viaje, el coche adelanta camiones y otros vehículos que circulan a velocidades inferiores, siempre respetando los límites máximos de velocidad para el tramo concreto de la vía.

Los responsables de Citroën destacaron que la unidad utilizada llevaba integrado un sistema de seguimiento de conductor, elemento importante en caso de que el hombre quiera hacerse con el control de la máquina.Un componente desarrollado por el Centro Tecnológico de Automoción de Galicia.

Por el momento, el sistema autónomo de PSA solo funciona en autovías y autopistas. La intención del fabricante francés es que, poco a poco, sus coches vayan incorporando funciones para hacer menos monótonos los viajes por carretera, lo que redundará en una mayor seguridad vial.

Al control de velocidad, la frenada de emergencia, al aviso de obstáculos en la calzada, a la velocidad adaptativa o a la detección de cansancio del conductor, que ya son una realidad, se les irá uniendo otros sistemas como el autoguiado del vehículo, que acabaran liberando al conductor de estar pendiente de la carretera. Y según PSA, eso será antes del final de la década.