Un acuerdo sobre el clima se perfila ya en París, aunque poco ambicioso
Todo apunta a que habrá un pacto final para evitar una catástrofe planetaria.
Las negociaciones sobre el clima llegaron a la hora de la verdad ayer en torno a un nuevo borrador y todo indica que habrá un acuerdo en París para evitar una catástrofe planetaria, aunque muchos se preguntan cuál será su alcance real. El borrador expurgado pasó de 43 a 29 páginas y se anticipan arduas negociaciones entre los 195 países participantes para levantar obstáculos persistentes sobre financiación, delimitación de responsabilidades y metas a largo plazo, dijo el presidente de la conferencia, el canciller francés Laurent Fabius.
Una mayoría de observadores, ONG y delegaciones saludaron la organización y el método de la presidencia francesa para dirigir hacia buen puerto las deliberaciones. «Esperamos que Francia nos encamine hacia un compromiso lo más ambicioso posible», dijo Matthieu Orphelin, portavoz de la oenegé Fundación Nicolas Hulot.De hecho, la palabra «ambición» se convirtió en una de las más utilizadas en la recta final de las negociaciones. Se la emplea a menudo vinculada a la meta principal del acuerdo, la de limitar a un máximo de 2 ºC el calentamiento del planeta, más allá de lo cual los científicos vaticinan devastadoras sequías, elevación del nivel de los océanos y desplazamientos masivos de población.
Energías
Las pequeñas islas del Pacífico amenazadas de desaparición, los Estados africanos más pobres y los países del istmo centroamericano, reclamaron junto a otros perjudicados del cambio climático un texto más ambicioso que mencione la meta de +1,5ºC con relación al nivel de la era preindustrial. Según Alden Meyer, de la estadounidense Union of Concerned Scientists, «las próximas 24 a 36 horas determinarán con qué clase de acuerdo nos iremos de París».Arabia Saudí, que encabeza la resistencia de los países petroleros, quiere evitar que el texto mencione el objetivo de «descarbonizar» la economía mundial —es decir liberarla de las energías fósiles como carbón, gas o petróleo—, una palabra también rechazada por Venezuela, según su negociadora Claudia Salerno. El acuerdo podría darles satisfacción en este punto y optar por el concepto de «neutralidad climática».
Otro de los puntos de bloqueo eran los plazos de revisión de lo acordado. Sobre la mesa está la propuesta de revisiones cada 5 años, aunque India empujaba para que se hagan cada diez. Aunque la revisión cada 5 años terminó imponiéndose, se fijó la primera para 2023 o 2024, tras la entrada en vigor del acuerdo en 2020. Otros países como Argentina reclamaban más tiempo, o en su defecto mejores condiciones de acceso a tecnologías de las que disponen los países desarrollados.