Colmenar reparte alcoholímetros contra los excesos juveniles por Navidad
La localidad madrileña recuerda a los adolescentes que alcohol, drogas y vehículos son combinaciones peligrosas.
En la localidad madrileña de Colmenar Viejo son conscientes de que la Navidad es tiempo de excesos para todos y también para los más jóvenes, quienes estas fiestas podrán controlar el consumo de alcohol gracias a los 3.000 alcoholímetros desechables que se están repartiendo en la localidad.
En las cenas familiares, en los encuentros con amigos o en los ‘botellones’ para despedir al año: en diciembre se multiplican las citas en que los jóvenes tienen acceso al alcohol.
Ante los riesgos que ello acarrea, el Ayuntamiento quiere recordar a los adolescentes que alcohol, drogas y vehículos son combinaciones peligrosas.
Lo explica la concejala de Sanidad, Belén Colmenarejo, quien recalca que no existe un problema de alcoholismo entre los jóvenes de la zona, pero considera que hay que educarles para que, precisamente, no lleguen a una situación de adicción.
Aunque desde el Consistorio se esfuerzan en recordar que la ingesta de alcohol es perjudicial para la salud, no pueden obviar que muchos menores desoirán las recomendaciones estas fiestas y, por ello, quieren «abrirles los ojos» y permitirles que conozcan su nivel de alcohol en sangre por medio de los alcoholímetros.
Lo cierto, según dicen en la Concejalía de Sanidad, es que se necesita beber menos de lo que piensa la población en general para dar positivo en un control de alcoholemia o para perder las facultades necesarias a la hora de conducir un vehículo o una motocicleta.
Por eso, otra de las metas de esta campaña es que los jóvenes conductores sepan que no es necesario un gran consumo de alcohol para «jugarse la vida en la carretera».
La responsable de Sanidad augura un gran éxito de esta «llamativa» iniciativa, que de momento ya está dando sus frutos: el primer día se acabaron en pocas horas los alcoholímetros disponibles en el Consistorio, aunque ya han sido repuestos para llegar al mayor número de jóvenes y que se corra la voz para que beban «con cabeza».
Colmenarejo señala que el reparto de estos aparatos no está estrictamente delimitado a los jóvenes, sino que también estarán disponibles en las gasolineras para los adultos.