Competencia quiere liberalizar la venta de cigarrillos electrónicos
La CNMC critica que estos productos se comercialicen en las farmacias.
La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha cogido la ‘costumbre’ de cuestionar el funcionamiento de las estructuras de algunos negocios tradicionales. Hace unos meses, ya planteó la posibilidad de que el actual sistema de farmacia debería liberalizarse, que los medicamentos con receta debían salir de las boticas y venderse en otro tipo de establecimientos. La sugerencia, porque la CNMC da ideas que no son vinculantes, provocó un soponcio al sector y una inmediata reacción del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, que rechazó de plano cualquier cambio en la condición de las farmacias españolas.
Ahora le ha tocado el turno a los estancos y los puntos de venta autorizados para expedir cajetillas. La CNMC considera en su informe sobre el proyecto de real decreto por el que se regula la fabricación, presentación y venta de los productos del tabaco y los productos relacionados, que se debe modificar. «Constituyen una restricción a la entrada de operadores y un blindaje a los operadores incumbentes», indica el informe, que recoge varias ideas planteadas en anteriores estudios. «Se recomienda reconsiderar estas restricciones y, en especial, el mantenimiento del monopolio en la distribución minorista del tabaco dado la débil justificación con que cuenta», argumenta la Comisión Nacional de Competencia.
En esta misma línea se mantiene en todos los productos relacionados con la industria del tabaco y productos relacionados, con especial mención a los cigarrillos electrónicos. La CNMC explica que es la primera vez que se regula este sector y que la medida que se ha adoptado es la de equipararlos al tabaco tradicional. Una decisión que, a su juicio, es errónea porque «puede suponer una clara ventaja de las empresas tabacaleras instaladas en el sector (y que ya tienen una fuerte presencia en el sector de los cigarrillos electrónicos) al contar con la infraestructura exigida» por ejemplo en materia de la calidad de la producción o en el conocimiento del negocio. Asimismo, destaca que el texto de proyecto de real decreto y su memoria tienen varias lagunas, como el «adecuado análisis de necesidad, proporcionalidad y mínima distorsión a este respecto».
Competencia también alerta de que no aprecia ningún análisis de alternativas de intervención, como por ejemplo aumentar «el gravamen a través de impuestos específicos». Es decir, se pueden buscar otro tipo de intervenciones por parte de la Administración con mayores impuestos.
Pero donde hace más hincapié el estudio es en la venta de los productos de liberación prolongada de nicotina en estancos, parafarmacias, tiendas especializadas y boticas y el mantenimiento de la prohibición de venta a distancia y en máquinas expendedoras. Competencia muestra su sorpresa por la mezcolanza de lugares -sobre todo los vinculados a la salud- donde se pueden comprar estos productos ya que el enfoque del futuro real decreto es «la consideración de los productos susceptibles de liberación de nicotina como producto relacionado con el tabaco y no con carácter general como medicamento». Un planteamiento en el que coinciden dos antagonistas en estos menesteres como la Asociación Nacional del Cigarrillo Electrónico -entidad que engloba a los fabricantes- y el Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo. Ambas organizaciones apuestan por sacar los ‘e-cigarrillos’ de las boticas y que se vendan bien en estancos, bien en tiendas especializadas.