"Parecía que ya no vivía nadie en el piso"
Los vecinos habían observado un cambio radical en la conducta de la familia norteamericana
La vida de la familia Hopkins dio un giro radical desde finales del año pasado. Coincidiendo con la muerte del hijo menor, su comportamiento cambió como de la noche al día. Lo explicaron el martes sus consternados vecinos, que sin sospechar lo que en realidad estaba sucediendo puertas adentro del piso 4º 2ª de su escalera, observaron que los estadounidenses apenas salían de casa, vivían recluidos en su vivienda y los tres niños, a los que solían ver y que acostumbraban a jugar en la pequeña cancha que hay delante del bloque (muchas veces con su padre), desaparecieron del mapa de la noche al día.
Parecía que se los había tragado la tierra y, por no verse, ya ni se veía la colada extendida en el balcón. “Parecía que no vivía nadie en el piso”, comentan los vecinos, que ya conocían algunas de las peculiaridades de la familia, como el hecho de que sus hijos no estaban escolarizados y seguían las clases por internet, o al menos eso era lo que afirmaban sus padres. Una anomalía que entonces ya les dio qué pensar, aunque no sospecharon nada extraño, debido a que se trataba de una familia norteamericana con unas costumbres diferentes pero que no daba problemas.
BRUCE YA NO CONTESTA
Unos cambios que también sorprendieron al dueño del bar de la esquina, el Bon Bon Café. Un establecimiento que frecuentaba la familia, donde a veces iban a comer o a merendar, y cuyo propietario mantenía una buena relación con el padre porque ambos hablan francés. “El padre era un cachondo, nos llevábamos bien, pero desde hace un tiempo todos dejaron de venir. Incluso a veces veíamos cómo el padre, que era el único que salía de casa, evitaba pasar por delante de la puerta del bar. Hace unas semanas me lo encontré en la calle y le llamé: ‘Bruce, Bruce’, pero se dio la vuelta y se marchó sin dirigirme la palabra”, recuerda el propietario del establecimiento, que entonces no supo explicarse el porqué de esa conducta.