Una foca robot ayuda en las terapias contra el alzhéimer
La foca Nuka es un peluche que reclama caricias como un perro dócil y una herramienta terapéutica de última tecnología. Por fuera es blanca, peluda, suave y silenciosa y por dentro, un robot lleno de sensores. La embajada de Japón en España la ha elegido para representar a su país durante la Global Robot Expo, que se celebra hasta el domingo en Madrid. Y ha traído a su creador, Takanoki Shibata, para contar cómo funciona.
«En realidad, puede usarse como mascota o como instrumento de terapia para personas con demencia o niños con autismo. Aunque sé que en Europa se vería raro tener a un robot de mascota, así que aquí vamos a centrarnos en lo otro», asegura Shibata, que le dedicó doce años de trabajo hasta considerar que estaba lista. Su invento mantiene la temperatura corporal como un mamífero, mira a los ojos si se le habla cerca y es capaz de reconocer cuando le llaman por su nombre.