El jilguero vuela bajo

Michael Mclouglim | madrid

Nada que ver con el vuelo majestuoso de su era ‘pre-bursátil’, cuando era una start-up que encandilaba a todo Silicon Valley. Twitter inició, poco después de su estreno en la Bolsa, un descenso progresivo que se ha acrecentado en los últimos meses. Atascado en el crecimiento que llegó a convertirle en la segunda red social del planeta sólo por detrás de Facebook, los inversores miran ahora con escepticismo el rumbo de la compañía. Una compañía, Twitter, que busca ahora la clave para reenganchar a los usuarios. El encargado de dirigir el barco este complicado momento es Jack Dorsey, cofundador de la firma. En octubre fue designado para sustituir a Dick Costolo, que dimitió tras no conseguir revertir la tendencia negativa. Ahora Dorsey se enfrenta a un reto doble: conseguir nuevos miembros para su parroquia y, posteriormente, la rentabilidad. Cuando habían transcurrido pocos días del 2016, saltó la liebre. Twitter tenía entre manos un cambio mayúsculo. Sus tuits permitirían 10.000 caracteres en poco. Mucho más que los 140 actuales. Una metamorfosis, que aún no ha entrado en funcionamiento, que cambiará por completo la filosofía y el espíritu de la red social, donde la brevedad era una de sus grandes marcas de identidad. Los expertos señalan que se trata de un intento por, al igual que hace Facebook, fomentar la creación de contenido propio y enlazable desde otras posiciones. No parece ser el único cambio entre manos para acercarse a su tradicional rival: el viernes, el portal Buzzfeed aseguraba que Twitter trabaja en un nuevo algoritmo que ‘reordenaría’ la importancia de los contenidos y sacrificando el criterio cronológico que ha regido hasta el día de hoy.

La publicidad también será objeto de modificaciones. En el CES de Las Vegas, los responsables de la compañía se reunieron con anunciantes y agencias de medios para mostrarles una nueva herramienta de la que han transcendido pocos detalles más allá de que le permitirá utilizar los tuits relacionados con sus productos en sus campañas. Por otro lado, desde hace semanas, la plataforma está quitando los anuncios de los perfiles de usuarios más relevantes. El pasado mes de septiembre, Instagram superaba, con 400 millones de usuarios activos al mes, a Twitter.

El jilguero más popular de la red pasaba a ocupar el tercer cajón del podio viendo cómo la aplicación de fotografía, en manos de Facebook, se colocaba como segunda red social del mundo.