Tres minutos para encontrar el gran amor

Clara Hernández | madrid

Tres minutos pueden ser suficientes para encontrar la media naranja o, por lo menos, saber si existe química entre dos personas. Así lo piensa Claudia, una de las casi 780 personas, sobre todo jóvenes, que participaron ayer en el mayor evento de citas rápidas del mundo que han convertido a Madrid en capital del amor.

No es la primera vez que esta madrileña de 34 años asiste a un evento de Speed Dating, en el que los participantes mantienen una charla de tres minutos con cada persona y luego rotan, porque cree que es una oportunidad para conocer gente nueva, tal y como relata a Efe. Y es que las formas de buscar pareja han cambiado.

La primavera ya ha llegado oficialmente y la actitud positiva no se ha hecho esperar. Prueba de ello han sido las decenas de madrugadores que esperaban a las diez de la mañana a que se abriesen las puertas del Palacio de Cibeles, que por primera vez ha acogido un macro evento de este tipo. «Voy a ser yo mismo y si surge algo, mejor», dijo ilusionado Juan nada más entrar.

A cada asistente le pusieron al llegar una pegatina diferenciada por colores según la edad y sexo y después se han distribuido por zonas según su orientación sexual.

Bajo el ritmo de la música y acompañados de bebidas frías —y es que este evento lo ha patrocinado una marca de cervezas— los asistentes se colocaron de dos en dos en las mesas amarillas que había preparadas a la espera de que sonase el timbre, la señal que indicaba que podían empezar a conocerse.

El encargado de conducir y animar el evento, el presentador y humorista Dani Mateo, califica alificado a Madrid como «la capital del amor» al constatar que se había superado la cifra de 658 participantes del Speed Dating celebrado en Canadá en 2014 y que hasta ahora tenía el récord del mundo.

«¡No habléis de vuestra expareja, centraos en la persona que tenéis delante!», aconsejó el maestro de ceremonias a los solteros. Después se puso en marcha el cronómetro en una pantalla gigante para que nadie perdiese la noción del tiempo.

Durante una hora, los participantes congregados bajo la impresionante bóveda de cristal del Palacio de Cibeles disfrutaron de diez citas de tres minutos cada una de ellas. La mayoría eran mujeres, había tres chicas por cada chico, y muchas tenían que esperar al siguiente turno.

¿Y qué se dice en tres minutos? Cristina, otra de las participantes, comprobó que no todo el mundo actúa de la misma manera: «Hay quien solamente te hace reír, otros son más serios e incluso me han sacado una lista con preguntas sobre mi vida». El espacio estuvo hasta las dos de la tarde para que los asistentes pudiesen hablar con más tranquilidad.