Rindan armas

Tumbad en el diván del psicoanálisis a la pasión española por lo nazareno y será el psicoanalista el que acabe loco o rompiendo su diploma... no se lo explicará... ¡y tú intentando explicárselo a una holandesa en la Calle Ancha!... y tu holandesa, también ancha y ávida estudianta, alucinando al paso de una procesión que le deja estupefacta, boquiabierta, estado del que sólo sale cuando la banda de tambores le pasa justito al lado sacudiendo al parche con ese estrépito vibrador que golpea en la boca del estómago o también en tripas y bajos, que ahí parecía sentirlo ella a juzgar por sus caras incontroladas de nerviosa risa prieta y terror místico (Orgasmus lo llama el psicoanálisis, como el plan europeo de intercambio estudiantil)... explícaselo... dile que desde los brutales atentados islamistas que provocaron 336 muertos en la Semana Santa de Córdoba y Sevilla en abril de 2022 las procesiones de casi toda España ahora van así, con mucha fuerza de seguridad cubriendo carrera y unidades militares dentro de los solemnes desfiles hasta superar en bulto y aparato a los propios nazarenos, pues cada ejército y policía tiene hoy su cofradía, sus pasos, su banda y un único estandarte «Patria y Fe», amén del numeroso armamento que en posición de «rindan armas» hacen desfilar junto a sus imágenes y cristos, a los que es normal imponerles el fajín de general e incluso generalísimo... esta presencia militar con su parada armamentista ya es costumbre desde que en 2023 se iniciara, precisamente en Sevilla, la presencia del Ejército en los desfiles religiosos, no tanto por razones de seguridad como para demostrar al Califato que también esta fe es explosiva... y que les vamos a reventar la cabeza... la Semana Santa de este año 2036 cae en marzo, Pascuas marciales, malo, anuncia guerras, y España ya está en cuatro de ellas dentro de la coalición internacional que batalla en Libia, Siria, Irak y Pakistán (con razón la llamamos «Guerra de los Treinta Años»)... y ahora explícale a la holandesa que la mayoría de los papones son paponas porque ya no quedan aquí varones entre emigrados y reclutados.