Diario de León
Publicado por
CORNADA DE LOBO pEDRO TRAPIELLO
León

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Domingo de fe resucitada con rabia y con velitas es este de hoy en la cristiana Bélgica, domingo de ira rezada tras días de sangre seca en santos de palo o de sangre fresca aún en metros y aeropuertos.

El experto dice que, más pronto que tarde, en España habrá atentados parecidos (¿acaso no se estrenaron aquí?), aunque tranquiliza (?) que Alemania esté antes en la lista de amenazas yihadistas... o Italia y Francia. Londres, también. En toda Europa (aquí, un poco menos) se rifan miedos y velitas; las lágrimas son fáciles; las flores, baratas... y hay que hacerse fotos.

Pero donde sembró pánico el estrago terrorista de Bruselas, donde la noticia de esas bombas islamistas es bombazo cruel, fue en los campos de refugiados de Grecia o Macedonia arruinándoles cualquier esperanza; si ya tenían las puertas cerradas, les sonó a portazo definitivo, como el que ya les dio en el acto el gobierno polaco: «aquí no entra ya ni un solo refugiado más». Con miedo y con alambradas en la palabra habla media Europa convencida de que a ese islamismo le interesa que la marea de refugiados que ellos fuerzan a huir de Siria o Irak acabe contaminando y desquiciando a Europa, mientras aprovechan ese rebaño troyano para colar a sus lobos guerrilleros hasta la cocina del enemigo infiel.

Tranca la puerta, François.

¿Sí?... y te entrarán por la gatera, dijo Cínicus... ¿acaso crees que el moro suicida necesita refugiados o visados para llegar a meterse en tu bañera?...

Y Hollande, trágico, solemne, exclama «¡esto es una guerra!» (ah, ¿no sabía?) y eso significa «pues entonces, como en la guerra: vale todo», palabras de inquietante ardor bélico... y lo mismo replica el moro vil: «tú, paisa, veniste primiero mi país a bombardiar, pero yo no tiner aviones como tú... y ¿quí hago?... mis muyaidines sólo devolverte una bomba de cada mil que tiras a gente mía, mi casa... no ti quejes»... pero Europa sabe replicar: minutito de silencio en las instituciones... y alarde sentimental del pueblo peatón con velitas, flores, mensajes, je suis... y con un reojo de temor o de puñal a cada musulmán que se cruce en la calle.

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