CORNADA DE LOBO
Paca y Manoli
En 1976 todos teníamos cuarenta años menos. Aquellas tiendas de confección son hoy gastrobares, a Tinín le llaman ahora don Agustín y el pardillo de la facultad espabiló y está imputado en la Púnica.
Estrenando el postfranquismo, también esto era puro postureo ensayando cada cual el perfil del que ponerse, nacían partidos exóticos, se restauraban viejos, la urna cocía sopa de letras y hasta el más marginal se prometía cacho al ver que en las primeras elecciones de 1977 Carrillo le ganaba a Fraga en diputados y que a Carrillo le pasaba por la derecha un socialismo jamás visto hasta muerto Franco, aunque pasado a su vez por otra derecha-invento, la UCD, que lo comía todo hasta 1983.
No sabría decir cuánto y en qué ha podido cambiar este país en estos cuarenta años, pero muchas veces los modos, las modas recopiadas y hasta los pactos de la Moncloa que vuelven a mentarse indican que se anduvo bastante, quizá, pero en círculos, siempre usando la nostalgia como remo.
Me fui cuarenta años atrás al ver que Manuela Carmena encargó a la socialista Francisca Sauquillo la dirección del asunto de la memoria histórica que ya le ha provocado disgustos en su Madrid, cittá riconquistata. Sauquillo creará además un museo de la memoria para ponerle ojos a una guerra de tres años en los que la capital de España siguió funcionando como tal y sus habitantes resistiendo un desquiciante agobio militar de bombardeos, sitiadores y quintacolumnistas, cosa que hubo de generar muchos episodios silenciados o ignorados y mucha ignominia sepultada.
La memoria es imprescindible para saber... y para reparar honores robados. Pero que no sea tuerta, por favor, de eso ya sabemos. Es mi ruego encarecido a estas dos mujeres que cuarenta años atrás conocí en León. En el cartel: «Conferencia de Paca Sauquillo y Manoli Carmena»... ¡Paca y Manoli!... Venían al Cancán, el ateneo-buhardilla del rojerío cazurro. Eran pareja intelectual encendiendo por España la primera vindicación feminista. Y es curioso y ejemplar verlas de nuevo como un dúo muy dinámico. A su edad.