Imágenes de toda una vida para no olvidar

pablo rioja | león

Adaptarse a los gustos, intereses y capacidades de los enfermos de alzhéimer. Ese es el objetivo principal de la nueva sala de estimulación sensorial que Alzhéimer León dio a conocer ayer en sus instalaciones del Colegio de Huérfanos Ferroviarios. Una vanguardista estancia de la que podrán beneficiarse los 43 usuarios que en la actualidad hacen uso de este centro. «Está destinada a los enfermos que se encuentran en una fase más avanzada de la enfermedad, dado que su capacidad cognitiva está muy mermada y empiezan a surgir las secuelas físicas, pero sin embargo conservan las capacidades cognitivas básicas, lo que les permite percibir los olores, los colores, las texturas, además de sensaciones y sentimientos», remarcan los responsables. Según los expertos, esta enfermedad neurodegenerativa se divide en siete estadios según lo avanzada que se presente en cada caso. «Aquí tenemos a los de nivel seis y siete», puntualizan.

Desde Alzhéimer León aclaran que en las fases más avanzadas, lo normal es que los enfermos se encierren en sí mismos. Y de ahí la importancia de esta nueva sala donde «les pondremos imágenes de su vida, de cuando eran niños, de su familia, entre otras, para que no olviden de dónde han venido». Los profesionales apelarán a ese sentimiento cognitivo también merced a tratamientos con olores y sabores que «traerán numerosos beneficios a los pacientes».

Que la sala de estimulación sensorial sea una realidad es gracias a la Fundación Alimerka, que ha aportado cerca de 7.000 euros, una cuantía económica procedente de las aportaciones solidarias de los usuarios con tarjeta de esta cadena de supermercados. El director de la Fundación Alimerka, Antonio Blanco, puntualizó durante la presentación ante los medios que la cuantía que se recaude en la campaña actual pretende «reforzar» estas dos salas después de que se haya alcanzado una estructura «básica» si bien, cuanto mayor sean los elementos técnicos disponibles, más se conseguirá avanzar en la estimulación sensorial.

El proyecto Vales solidarios del supermercado se inició en 2005 y se desarrolla a través de los clientes. La Fundación Alimerka selecciona cada año aquellos proyectos sociales, sanitarios o de cooperación que habrán de ser beneficiarios de las donaciones. Según datos facilitados por la fundación, un promedio de 9.450 clientes donan al mes sus vales. El 1,5% de las personas con tarjeta de fidelización de Alimerka dona sus vales.

«El 100% del importe donado por los clientes es transferido a proyectos y entidades sociales», remarca Blanco. Desde el inicio del programa hasta el pasado año, se han recaudado un total de 531.398 euros que se han distribuido por 36 entidades diferentes en estos once años de actividad.